La hispano-argentina Repsol-YPF y la
anglo-holandesa Shell han decidido retirarse de uno de los mayores
proyectos gasíferos de Irán, mientras crecen las presiones de
Estados Unidos para aislar al régimen de Teherán.
Según informa hoy el diario "The Daily Telegraph", el Repsol y
Shell no participarán en la fase 13 del proyecto de Pars del Sur, el
mayor yacimiento de gas del mundo, aunque no descartan hacerlo en
fases posteriores.
Esa decisión se produce en un momento en que Washington refuerza
sus presiones sobre las compañías internacionales para que suspendan
sus operaciones en Irán como parte de una campaña internacional para
aislar a ese país por su negativa a detener su programa nuclear.
Aunque Shell y Repsol no han querido comentar su decisión,
fuentes próximas a ambas compañías citadas por el periódico
británico señalan como causas la creciente incertidumbre y los
costos también crecientes.
El grupo angloholandés y el hispano-argentino firmaron el año
pasado un acuerdo preliminar con la Compañía Nacional Petrolera
Iraní por el que se comprometían a ayudar al desarrollo de las fases
13 y 14 de Pars del Sur.
Según el FT, no está descartado que ambas compañías sigan
asesorando sobre cuestiones técnicas a los iraníes en la fase 13.
Irán ha estado presionando a Shell y a Repsol para que firmasen
el acuerdo definitivo dado que la fase 13 del proyecto está en la
frontera con Qatar, país que ya está extrayendo gas de la parte que
le corresponde.
El mes pasado, Teherán conminó a los dos grupos, así como al
francés Total, que participa en las fases 11 y 12, a finalizar en
junio sus contratos respectivos.
El ministro iraní del Petróleo advirtió de que, si no lo hacían,
la rusa Gazprom, la china Sinopec y la empresa nacional india
estaban más que dispuestas a sustituirlas.
Shell ha justificado su intención de retirarse de la fase 13
porque no puede cumplir el requerimiento iraní de un rápido
desarrollo de ese bloque, dice el periódico.
Se cree que Shell y Repsol estudian la posibilidad de desarrollar
las fases 20 y 21, pero esos bloques no estarán operativos al menos
hasta dentro de diez años, por lo que todo está actualmente en el
aire.
"No hemos tomado aún ninguna decisión sobre si continuar el
proyecto iraní", dijeron al periódico fuentes de la compañía
anglo-holandesa.
El desarrollo del mismo se ha visto fuertemente obstaculizado por
las sanciones estadounidenses, que limitan el acceso a equipamiento,
tecnología y contratistas de ese país.
Estados Unidos quiere obligar con sus sanciones a Irán a
suspender su programa de enriquecimiento de uranio, cuyo objetivo,
según sospecha Washington, es claramente militar frente a protestas
en sentido contrario del Gobierno de Teherán.