Volkswagen (VW) perdió ayer casi un cuarto de su valor de mercado después de admitir que había falseado las pruebas de contaminación del aire en Estados Unidos durante años, poniendo presión sobre su CEO Martin Winterkorn para que salve la reputación dañada de la mayor automotriz del mundo.
Los títulos de la firma con sede en Wolfsburg, Alemania, se desplomaron 22%, a 134,15 euros (US$ 150) en Frankfurt, extendiendo la caída de la acción para el año a 31%. El desplome acabó con alrededor de 15.000 millones de euros (US$ 16.790 millones) en valor.
VW detuvo las ventas de los modelos implicados el domingo y dijo que está cooperando con la investigación y ordenó su propia investigación externa sobre el tema. Winterkorn, que ha dirigido la compañía desde 2007, dijo que "lamentaba profundamente" haber roto la confianza del público y que la firma haría "todo lo necesario para revertir el daño que esto ha causado".
Winterkorn, cuya renovación de contrato debe votarse en una junta de supervisión el viernes, ahora enfrenta a un serio desafío a su liderazgo, dijo a Bloomberg Arndt Ellinghorst, analista de Evercore ISI, con sede en Londres.
"Esta última saga podría ayudar a catalizar nuevos cambios gerenciales en VW", escribió Ellinghorst en un reporte ayer.
Las acusaciones de Estados Unidos son "graves" y deben ser aclaradas rápidamente, señaló por su parte Stephan Weil, primer ministro del estado alemán de Baja Sajonia, que posee el 20% de las acciones con derecho a voto de Volkswagen.
La Comisión Europea también aseguró que se está tomando el engaño de VW muy en serio y que está en contacto con los reguladores estadounidenses y la compañía sobre los detalles del caso.
Sofisticado software
Las violaciones, que afectan a casi medio millón de vehículos, podrían resultar en unos US$ 18 mil millones en multas, con base en el costo por violación y el número de vehículos. No se descarta un proceso penal.
"Si esto termina siendo un fraude estructural, la alta dirección en Wolfsburg podría tener que asumir las consecuencias", dijo a Bloomberg Sascha Gommel, analista de Commerzbank.
La alemana admitió haber adulterado sus vehículos diésel en Estados Unidos con un sofisticado software capaz de detectar automáticamente el momento en que eran sometidos a un test medioambiental oficial, informó la Agencia de Protección Ambiental (EPA, sus siglas en inglés).
El programa espía activaba entonces un mecanismo interno que limitaba la emisión de gases contaminantes y permitía al vehículo pasar el control sin problemas y obtener un certificado de conducción ecológica. Una vez finalizado el control, el mecanismo se desactivaba y el vehículo liberaba entonces a la atmósfera gases contaminantes adicionales, sobre todo dióxido de nitrógeno, relacionado con enfermedades respiratorias.
Los analistas de Kepler Cheuvreux rebajaron su recomendación para las acciones de Volkswagen a mantener, desde comprar, reduciendo su precio objetivo 27% a 185 euros. Volkswagen no sólo enfrenta una caída en el corto plazo en sus ventas y un golpe a su reputación, sino también el riesgo a largo plazo de los litigios en Estados Unidos, escribieron los analistas en una nota el lunes.
Cuarenta veces los límites legales
Durante la conducción normal, los autos con el software -conocido como "dispositivo de desactivación"- contaminaban entre diez a 40 veces los límites legales, estimó la EPA. La discrepancia surgió luego que el Consejo Internacional para el Transporte Limpio encargara pruebas de emisiones reales de los vehículos diesel, incluyendo los Jetta y Passat, y luego los compara con los resultados de laboratorio.
Durante años, EEUU ha supuesto un verdadero dolor de cabeza para Volkswagen. Las ventas de automóviles cayeron 10% el año pasado a 366.970.
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