El gigante japonés de la electrónica Sony ha vuelto a números rojos al perder US$ 1.245 millones en 2013 debido sobre todo a los costes adicionales de su reestructuración.
Durante el ejercicio fiscal japonés de 2013, que terminó el pasado marzo, Sony registró un beneficio operativo de 26.500 millones de yenes (188 millones de euros), lo que supone una caída del 88% con respecto al año precedente.
En el ejercicio 2012, Sony había obtenido un beneficio neto de 41.500 millones de yenes después de cuatro años consecutivos en números rojos.
Sony ha vuelto a incurrir en pérdidas a pesar de que en 2013 facturó un total de 7.767 millones de yenes (55,1), un 14,3% más que el año precedente. El fabricante nipón atribuye su mayor facturación al efecto positivo de la devaluación del yen, al lanzamiento de la videoconsola Playstation 4 y al incremento de sus ventas de "smartphones".
No obstante, los ingresos por ventas de Sony habrían caído un 2% interanual si el tipo de cambio del yen hubiera sido el mismo que en el ejercicio anterior, según datos de la compañía.
El descenso "significativo" de sus resultados fue causado principalmente por "la caída de las ganancias por la venta de activos" y por un aumento de las pérdidas derivadas del negocio de ordenadores personales, incluyendo los costes de reestructuración, explicó Sony en un comunicado.
La deficitaria rama de ordenadores personales, que Sony venderá el próximo julio a un fondo de inversión nipón dentro de su plan de reestructuración, registró pérdidas de 91.700 millones de yenes, más del doble que en el año anterior.
Estas pérdidas provocaron que Sony hiciera una drástica revisión a la baja sus previsiones para el ejercicio 2013, para el que esperaba ingresar un beneficio neto de 110.000 millones de yenes.
Los resultados de Sony contrastan con los de Panasonic y Sharp, dos grandes competidores nipones que también están inmersos en procesos de reestructuración y que volvieron a obtener ganancias en 2013.
Para 2014, Sony prevé volver a registrar un resultado neto negativo de 50.000 millones de yenes y multiplicar por cuatro su ganancia operativa, hasta 140.000 millones de yenes.