Great Wall, la principal automotriz china, está liderando los esfuerzos de los fabricantes locales de automóviles para dar el salto hacia productos de mayor calidad con mejores márgenes de ganancia, y dejar atrás el estigma de autos económicos. Por eso, la industria recibió como un balde de agua fría el anuncio de la firma de que suspendió indefinidamente las ventas de su nueva Haval H8, el primer deportivo utilitario (SUV) de Great Wall en el segmento superior a los 200 mil yuanes (US$ 32.100), que marca los modelos más premium y que está dominado por rivales extranjeros, debido a preocupaciones sobre la calidad. Este es el segundo retraso que sufre el plan de desarrollo de la firma, luego de que las ventas de la Haval H8 fueran suspendidas temporalmente a comienzos de año.
Great Wall explicó que la medida se tomó luego de que clientes denunciaran “ruidos de golpes” en el sistema de transmisión al manejar a alta velocidad. Mientras que la compañía no aclaró cuando las ventas de la SUV se retomarían, UBS AG estima que el lanzamiento será postergado hasta final de año o más allá.
El anuncio hizo que las acciones de Great Wall se derrumbaran 17%, su mayor caída desde 2008, debido que el contratiempo socavó la credibilidad de los productores de autos chinos y su capacidad de hacer autos que vayan más allá de buen precio. Al menos siete analistas redujeron las recomendaciones de Great Wall y la compañía reconoció que la experiencia expuso sus debilidades para el desarrollo autos de calidad.
“Creemos que el hecho indica que productores nacionales no han logrado los requerimientos para subir el nivel y ser fabricantes de autos de alta calidad”, escribió Vivien Chen, analista de Oriental Patron Financial Group, que recortó su nota para la acción a mantener. “El hecho definitivamente afectó en la percepción de los consumidores sobre la H8, y afectó la imagen de la compañía”.