La difícil situación por la que atraviesa la estadounidense NII Holdings, que la semana pasada admitió una posible quiebra, está poniendo presión sobre Nextel, su filial de telecomunicaciones en Latinoamérica.
Tras la venta de la unidad en Chile, a comienzos de semana, a un consorcio internacional por US$ 35 millones, la atención está ahora en la división mexicana, la más importante para la matriz, ya que aporta alrededor de 40% de los ingresos, con unos US$ 870 millones.
Los activos podrían ser especialmente valiosos en un mercado que está en plena ebullición, tras la reforma que abrió el sector a una mayor competencia y que obligará a América Móvil, el líder del mercado, a reducir su participación de 70% a 50%.
Los analistas creen que Nextel podría ser una combinación estratégica para Iusacell, propiedad de Televisa y del Grupo Salinas, y su mejor opción para sobrevivir. Con un 7% de participación en la industria, Iusacell ocupa hoy un lejano tercer lugar en el sector, por detrás del 18,5% de Movistar, la filial de Telefónica. Y la venta de activos de América Móvil, con el posible ingreso de un nuevo actor, podría empujarla aún más abajo. Con el 3,6% de Nextel, en cambio, la cuota de Iusacell podría empinarse por sobre el 10%, asegurándose así un lugar relevante en la industria.
La posibilidad cobra más fuerza si se recuerda que en 2010 Televisa ya intentó adquirir un 20% de Nextel México, ofreciendo en esa época unos US$ 1.000 millones. Aunque el valor de la firma ha caído desde entonces debido a sus pérdidas operacionales y los problemas financieros de NII, la filial tiene dos activos valiosos, su espectro, y sus 2,9 millones de suscriptores, que generan un ARPU (ingreso medio por usuario) de 426 pesos mexicanos (US$ 32,65), que casi triplica el promedio nacional de 161 pesos.
Los analistas, sin embargo, no descartan que sea la propia Telefónica la más interesada en comprar Nextel.