El proceso formal de venta iniciado por la canadiense Kinross para desprenderse de las dos minas que posee en Chile se encontrará con un gran escollo: el millonario plan de cierre que enfrenta La Coipa, faena ubicada en la Región de Atacama, y que alejaría a eventuales interesados.
Actores de la industria comentan que, efectivamente, algunas compañías han mirado los dos activos más importantes de Kinross en Chile: Maricunga y La Coipa. La primera enfrenta complicaciones medioambientales que podrían ser salvables, pero ven más complejo los compromisos adquiridos por la empresa para el cierre de la segunda iniciativa.
De acuerdo a información entregada por la canadiense al Servicio de Geología y Minería (Sernageomin), el 2019 la compañía debe garantizar algo más de 3,6 millones de UF, equivalente a US$ 142 millones.
“Esto no es una provisión bancaria, es plata, cash, porque la autoridad requiere una boleta bancaria de garantía. Esto hace difícil que alguien, tras dar una segunda mirada al activo, quiera comprarlo”, explica un abogado de la plaza.
Esto porque, actualmente, La Coipa no se encuentra operativa ya que paralizó temporalmente hasta que los precios repuntaran o pudiera explotar una nueva zona de la faena.
A mediados del año pasado la canadiense comenzó la tramitación del proyecto La Coipa fase 7 que requiere de una inversión de US$ 200 millones.
La iniciativa consiste en la explotación de oro y plata desde un nuevo rajo. De concretarse estos trabajos, aumentaría la vida útil de la faena siete años y medio. En caso de no realizarse, y de acuerdo el plan aprobado por Sernageomin, el cierre de la mina está contemplado para 2020.
Así, quien esté dispuesto a quedarse con este activo debe asumir que gastará al menos US$ 340 millones, por la garantía que debe entregar al Estado más lo que requeriría para extender la vida útil.
Maricunga, el otro activo relevante de Kinross en Chile, también enfrenta complicaciones tras cargos formulados por la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). La compañía planeaba durante octubre una paralización temporal de esta faena.
Según se conoció la semana pasada, Kinross contrató al Bank of Nova Scotia para asesorarlos en las transacciones de sus activos en el país. Entre los interesados se encontrarían mineras canadienses y chilenas, aunque también actores de otras partes del mundo.
“Hemos recibido manifestaciones de interés por Maricunga y La Coipa, como sucede con otros activos cada cierto tiempo, y continuamos manteniendo nuestras opciones abiertas”, dijo la semana pasada el portavoz de Kinross, Louie Diaz a Reuters.
La compañía, en Chile, también tiene otras posiciones: el proyecto Lobo Marte y una participación minoritaria en Cerro Casale, junto a Barrick.