Renato García Jiménez
Hace tan sólo algunas semanas, parecía que los precios del petróleo seguirían su carrera desbocada al alza. En medio de oscuras interpretaciones, los expertos competían con pronósticos cada vez más alarmistas, hasta que Sebastián Edwards irrumpió, a fines de junio, con una visión que iba contra de la corriente. El economista chileno y profesor de Economía Internacional de la Universidad de California pronosticó que los precios iban a retroceder para estabilizarse en torno a los US$ 80 por barril. Desde entonces, los precios han caído más de 20% en comparación con el récord de US$ 147 que alcanzaron a mediados de julio.
Edwards, titular de la cátedra Henry Ford II en la Anderson Graduate School of Management, conversó con Diario Financiero sobre los fundamentos de sus proyecciones y profundizó sobre su visión para el futuro de la economía mundial y chilena.
- ¿Por qué subió tanto el precio del petróleo en los últimos meses?
- Este increíble aumento de precios (el WTI pasó de
US$ 60 el barril en diciembre 2007 a US$ 147 en julio) tuvo cuatro causas principales: la depreciación del dólar en los mercados internacionales, tensiones geopolíticas en varios países productores, la percepción de que la demanda crecería en el futuro más rápido que la oferta, y un aumento en las compras futuras por parte de inversionistas, que no usan el petróleo en sus operaciones. Este último factor, al que se ha llamado “demanda especulativa”, fue particularmente importante durante la primera mitad del año.
- ¿Esa tendencia terminó? ¿El precio tocó techo?
- Al menos, por ahora, ha tocado techo. Los especuladores han entendido que sus proyecciones de demanda y oferta estaban erradas, y que bajo condiciones normales - especialmente en los temas geopolíticos- el precio de equilibrio no debiera sobrepasar los US$ 80 dólares. Vale decir, lo esperable era que bajara del nivel de US$ 147 de junio. Este fue precisamente el punto que hice hace un mes y medio, cuando el precio estaba en su peak, y es lo que ha estado sucediendo. Los especuladores han estado deshaciendo sus posiciones y los productores están desesperados por comprar protección.
- ¿El escenario del barril a
US$ 200 que proyectó Goldman Sachs ya no va a llegar?
- La cosa no es tan simple. Como dije, el precio depende fuertemente de aspectos político-militares en países productores y del valor del dólar. Si ambas variables se mantienen dentro de su curso “normal”, el precio debiera llegar a US$ 80. Lo que los tremendistas que predecían US$ 200 o más no explicitaron fueron las condiciones bajo las cuales eso sucedería. Más que nada fue un intento por llamar la atención haciendo predicciones extremas.
- ¿Por qué está cayendo ahora?
- Por factores simples de oferta y demanda. En primer lugar, la oferta ha aumentado, especialmente con la puesta en marcha de los pozos de Khursaniyah en Arabia Saudita y por el mejor manejo de Gahwar. También las tensiones en el Oriente Medio han disminuido un poco, aunque podrían volver a aumentar. En segundo término, la oferta futura también ha aumentado, tanto por descubrimientos -Tupi en Brasil es muy importante-, como por posibles cambios regulatorios en los Estados Unidos. En tercer término, hay evidencia que los ataques de piratas a las plataformas en la costa de África no han afectado negativamente la producción. En cuarto término, la temporada de huracanes ha sido benigna, y no ha producido caídas de producción en el Golfo de México. Finalmente, ha habido una caída nada de trivial de la demanda.
- ¿Hay posibilidades de que el precio llegue o supere los US$ 200?
- Sí, desde luego. Eventos que nos moverían en esa dirección incluirían un ataque israelí a Irán, un ataque terrorista a las refinerías o instalaciones portuarias en Arabia Saudita, o un ataque terrorista en Kazakhstan. Cualquiera de estos escenarios nos llevarían a un gran salto en el precio. Es posible, pero creo que la probabilidad no es muy alta.
-¿Hacia dónde apunta la tendencia del precio de mediano plazo?
- Como dije, bajo condiciones normales debiéramos llegar a US$ 80 en el mediano plazo, incluso un poco más bajo.
- ¿Por qué hay tanta oscuridad y las explicaciones para las alzas o bajas resultan crípticas u oportunistas?
- Efectivamente, ha habido una gran oscuridad. Esto se debe, en gran parte, a que muchos de los grandes productores son compañías estatales con un nivel muy pobre de gobernabilidad y que no tienen que entregar información transparente a los accionistas, inversionistas y reguladores. Esto les permite intentar manipular el mercado; al mismo tiempo; permite que los tremendistas puedan urdir teorías conspirativas y de pánico que no tienen mayor asidero.
El impacto en las cifras
- ¿Qué implica esta tendencia para la economía de Estados Unidos, para los consumidores, para la crisis de las hipotecas y para la Fed?
- Esto sería positivo para los Estados Unidos y la economía global. En primer lugar veríamos menores presiones inflacionarias, y un menor peligro de que la inflación pierda su ancla. Ello implicaría que los Bancos Centrales, incluyendo la Reserva Federal, tendrían una menor necesidad de subir las tasas de interés. Además, esto tendría un efecto reactivador en la mayoría de los países.
- ¿Tiene alguna repercusión sobre los precios del cobre?
- Sí, aunque no muy directa. En la medida en que un menor precio del petróleo implica mayor actividad global, eso ayudaría al cobre. Ahora, hay que entender que durante los próximos meses el sector de la construcción tendrá una dinámica propia y demorará en ajustarse, aún cuándo caiga el precio del crudo. Y claro, la construcción es una gran demandante de cobre.
- ¿Y en cuanto a la inflación y el manejo de la política monetaria en Chile?
- Un menor precio del petróleo ayudará a José de Gregorio y a sus colegas. Les dará un respiro.
- ¿Qué significará para China?
- China es un importador neto de petróleo, y una caída la beneficiará. Ahora, también debemos empezar a pensar en China como un productor muy importante, a través de las distintas inversiones y operaciones que está desarrollando en varios países, especialmente en África.