"A mí me encanta nadar. Si hay que nadar de madrugada, nado. Si hay que hacerlo a medianoche, también. ¿Cuántas oportunidades tienes en la vida de vivir este momento?" Esta es la máxima preocupación que tiene el atleta y ganador de 6 medallas de oro, Michael Phelps, ad portas de su participación en Beijing 2008, donde espera conseguir 8 oros.
Pero no sólo los atletas buscan oro en los Juegos Olímpicos; también las empresas patrocinadoras que ven en estos juegos una de las mejores oportunidades de publicidad en miras a su conquista o crecimiento en el Asia.
Sin embargo, en esta oportunidad esas ganancias podrían verse ensombrecidas por los problemas políticos que han rodeado a China.
El más complicado ha estado relacionado con la represión, en marzo, del Tíbet, nación anexada por China en 1950, la libertad de prensa, conflictos sin resolver, como el de Darfur, e incluso la contaminación.
Según el medio español Expansión, estos conflictos, están influyendo negativamente en los negocios que suelen rodear a las Olimpiadas.
Sin ir más lejos, el recorrido de la antorcha antes de llegar a Beijing partió con el pie izquierdo.
El comité organizador denominó “el viaje de la armonía” al recorrido que comenzó el pasado 25 de marzo, pero que se transformó en una verdadera pesadilla para cada país que recibió la antorcha, debido a las protestas pro independencia del Tíbet.
Rendimiento Olímpico
A pesar de estos problemas , las olimpiadas deberían dejar dividendos a los auspiciadores. Según datos de Expansión, el movimiento Olímpico habrá recibido US$ 4.500 millones en derechos entre 2004-2008, una fortuna de la cual el Comité Olímpico Internacional (COI), tras su sistema de repartos, recibe una pequeña parte.
Según la misma fuente, los derechos de retransmisión televisiva componen la mitad de los ingresos del movimiento olímpico, alrededor del 53%; por delante de la contribución de patrocinadores, con un 34%; de la venta de entradas, la que alcanza un 11%, y de la venta de productos cercana al 2%.
El COI recibe de ello el 8%, ya que el resto se destina a los comités de organización de los Juegos Olímpicos de invierno y verano que vienen, en una menor parte a las federaciones deportivas y a los comités olímpicos nacionales. También llega una parte, de carácter menor, al Comité Internacional Paraolímpico y a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Pero no todas las empresas patrocinadoras ocupan el mismo lugar. Existen categorías...
Todo empezó en 1984, cuando bajo el mandato del entonces presidente del COI, el español Juan Antonio Samaranch, se creó el sistema de patrocinio TOP. Aquí están reunidas los principales empresas patrocinadoras, entre ellas, Coca-Cola, Visa, Panasonic, Kodak, McDonald’s o Samsung, y la única empresa china, Lenovo. Todas pagan un alto precio por poder utilizar durante cuatro años los cinco anillos olímpicos con carácter oficial.
La factura global para los actuales juegos de verano e invierno en el período ascienden a US$ 866 millones, una cantidad que diez veces mayor que la que se alcanzó con este sistema cuando fue creado para los juegos de Seúl y Calgary, en 1988.
Por lo mismo, es clave que el factor político no ensucie el "espíritu olímpico". McDonalds, por ejemplo, podría ver perjudicada su imagen en un país en donde cuenta con 800 locales y en donde abre 100 nuevos cada año.
También podría perjudicar a Coca-Cola si su logo se transforma en el fondo de imágenes de manifestantes tibetanos.
Pero los juegos no sólo son un negocio para las firmas oficiales. China es un país clave para la cadena ropa española Mango o MNG. Según Expansión, buena parte de las prendas que comercializa las fabrica en ese país y este año intensificará su pre-sencia en ese país, con la apertura de 22 locales.
Volkswagen también ve en los juegos una oportunidad. Aunque no pertenece a grupo de los 12 patrocinadores oficiales, apoya el circuito de la llama olímpica, y el próximo año espera vender más autos en China que en Alemania.