Por primera vez, Viña Montes decidió utilizar la ley de incentivo tributario para incrementar sus esfuerzos y proyectos de innovación de mediano y largo plazo. Por ello, este año, acogieron a este beneficio, tres proyectos de investigación por
$ 220 millones, que buscan incrementar la productividad, mejorar sus procesos internos y la calidad del vino.
“Para nosotros es muy importante la innovación, porque es la única manera de seguir siendo competitivos en una industria vitivinícola que cada vez se vuelve más difícil”, explica Aurelio Montes, presidente y enólogo de la viña, que tiene instalaciones en Casablanca, Colchagua y Leyda.
En 2009, con el apoyo de Corfo, Viña Montes aplicó diferentes metodologías y tecnologías para ser eficientes ante un escenario de escasez hídrica. Si en 2003, ocupaban cerca de 4.000 metros cúbicos de agua para regar, hoy llegan a los 2.500 metros cúbicos.
Siguiendo esta misma línea, uno de los proyectos acogidos al beneficio tributario busca, justamente, optimizar el uso de agua para riego y de esta forma, lograr un mayor rendimiento hídrico en el viñedo ubicado en Marchigüe, VI región.
Y para reducir el déficit de mano de obra y ser más eficientes, evaluarán la mecanización y automatización en las labores de poda y raleo, analizando el impacto de estos procesos en los viñedos y en la calidad de la uva y del vino, explica Gabriela Negrete, encargada del área de Sustentabilidad e Innovación de Viña Montes. Los recursos acogidos a la ley de incentivo tributario son adicionales a lo que anualmente invierte la firma en I+D, que para este año bordea los
$ 35 millones. De ahí, la importancia de utilizar el instrumento que les devolverá el 46% de los recursos utilizados, indica Negrete.
Nueva institucionalidad
Además de los proyectos de innovación, la firma está institucionalizando sus esfuerzos en sustentabilidad. Para ello, creó una estructura para protocolizar sus proyectos, con líderes, presupuesto y plan de trabajo. Dentro de las iniciativas, Negrete destaca el proyecto de gestión de residuos, donde reemplazarán el uso de palos de madera impregnados en los viñedos por metal. “No hay lugar para reciclarlos y son tóxicos. El fierro sí y dura más años”, indica.
El principal desafío para 2014 es contar con embalajes menos contaminantes, por lo que buscarán alianzas con proveedores para elaborarlos.