Por Karen Ríos R.
Siguiendo el ejemplo de grandes empresas españolas que han llegado a Chile a expandir sus negocios en los últimos años, en 2011 la firma Digital Assets Deployment (DaD), con presencia en Europa, China y Rusia, arribó al país para instalar una filial que será la plataforma latinoamericana de su red internacional de capitales semillas.
Con cerca de US$ 1 millón para invertir en emprendimientos de la región durante su primer año en Chile, esta compañía (que trabajará de la mano con Neos) en seis meses ya entregó recursos a cuatro ideas que se están desarrollando en el país.
“A la fecha hemos recibido más de 100 proyectos de toda América Latina. En promedio, DaD invierte US$ 150 mil (unos $ 75 millones) por proyecto y al año financiaremos entre siete a diez iniciativas”, dice Enrique Barreira, CEO de DaD para la región.
El común denominador de estos proyectos es que todos pertenecen al rubro Internet, área de especialización de esta multinacional. Por ejemplo, una de las ideas que ya recibió recursos apunta a sacar provecho de las redes sociales en equipos móviles, en tanto que otra apostará por permitir ver en tres dimensiones construcciones inmobiliarias de todo el mundo que aún no han comenzado sus obras.
“Además del capital, también damos mentorías y asesorías en los primeros años de los nuevos negocios. Nos hemos centrado en Internet porque ahí es donde tenemos experiencia y donde está la apuesta de la región: en el comercio electrónico”, afirma Barreira, quien destaca que DaD fue el primer capital semilla en apoyar a Tuenti, la red social famosa en España.
Todas las iniciativas que acceden al capital semilla de esta multinacional deben aceptan ceder hasta 15% de la propiedad del negocio.
“Invertimos siempre con una baja participación para que el emprendedor siga siendo dueño de su propuesta, manteniendo la ilusión y lucha por él”, sostiene Barreira.
Inversionistas locales
El ejecutivo destaca que gran parte del capital que tienen para invertir proviene de cinco privados chilenos que se han sumado a la iniciativa.
“Los inversionistas chilenos que tenemos son, en su mayoría, empresarios que tienen sus propias compañías en diferentes rubros, como el industrial y vitivinícola, y también ejecutivos de grandes empresas. Todos ellos comparten el espíritu del emprendimiento”, afirma.
El requisito para ser inversionista de DaD es aportar como mínimo US$ 30 mil.
“Seguiremos buscando y motivando para que más privados se sumen y apoyen a los emprendedores de gran talento con los que tendrán importantes retornos en cuatro a cinco años”, asegura Barreira.