Por Karen Ríos
Cuatro líneas de financiamiento son las que dan vida al nuevo programa con el cual InnovaChile de Corfo busca fomentar la aplicación de los conocimientos generados de investigaciones y desarrollos (I+D) en la creación de productos tecnológicos que puedan ser comercializados en distintas industrias.
“Con esto buscamos que haya más innovación aplicada para generar soluciones (productos o servicios) con alto valor agregado que impacten positivamente a la competitividad del país”, afirma Thierry de Saint Pierre, subdirector de Transferencia Tecnológica de InnovaChile de Corfo.
Según la entidad pública, el Programa I+D Aplicada, que cofinancia proyectos con hasta $ 375 millones, parte de la constatación de que existe mucha investigación chilena (más de 4 mil publicaciones ISI al año) sin que necesariamente derive en patentes ni propiedad intelectual de soluciones tecnológicas que puedan resolver desafíos de sectores productivos.
“Lo que queremos es que a las investigaciones se les detecte el valor de mercado y si la propiedad intelectual es patentable. Y si estos criterios tienen resultados positivos invitamos a los proyectos a iniciar un proceso de protección de la propiedad intelectual a través de solicitud de copyright, por ejemplo”, dice De Saint Pierre.
Distintas fases
Las cuatro líneas del programa apuntan a distintos objetivos, dice el ejecutivo. La primera (L1 Perfil I+D Aplicada), busca reunir a empresas y universidades o centros especializados para detectar las oportunidades del mercado y definir un proyecto concreto de investigación que pueda diseñar soluciones. Una vez logrado este paso, el proyecto en cuestión puede ingresar a la segunda instancia (L2), en la cual se comienza con el desarrollo de la idea.
En el caso de la tercera línea (L3), a ella podrán ingresar directamente sólo aquellos proyectos que estén avanzados y que no requieran de financiamiento para los dos primeros pasos. “Habrá proyectos más avanzados, como los que pueden tener las universidades o investigadores que no requieran de las líneas 1 y 2, y otros, que surgen del sector privado, que sí las necesitarán”, advierte el ejecutivo.
Tanto en línea 2 o línea 3, según corresponda, los proyectos deberán ser valorizados en el mercado y haber iniciado su proceso de protección a la propiedad intelectual para acceder a la etapa final (L4), instancia donde se financia el empaquetamiento tecnológico para comenzar con su transferencia al mercado. “Es transformarlo en un producto tecnológico que pueda ser ofrecido a distintas industrias para la elaboración de nuevos servicios o productos”, explica De Saint Pierre.
Las postulaciones al programa comenzarán este miércoles y cerrarán el 15 de julio. InnovaChile espera recibir propuestas de empresas, instituciones de I+D (universidades, centros o consorcios tecnológicos) y emprendedores, entre otros.