Por Claudia Marín
De acuerdo a la última Encuesta de Comportamiento del Turismo Receptivo del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur), el 26% de los turistas extranjeros que visita Chile considera las prácticas de sustentabilidad para elegir alojamiento. Y en Puerto Varas han recogido ese interés: la ciudad acaba de ser elegida como parte del proyecto de Destinos Sustentables que promueve Sernatur, junto a las comunas de Llanquihue y Frutillar.
En la región, que este año está recibiendo inversiones privadas por US$ 1.000 millones para industrias como la acuícola, energética y de turismo, se han inyectado importantes recursos en este último sector: “Aquí se hizo una inversión muy grande en infraestructura hotelera, se invirtieron US$ 130 millones, una cifra realmente gigantesca”, comenta Juan Sebastián Montes, intendente de la Región de Los Lagos.
Ahora bien, la idea de impulsar un trabajo responsable con el entorno es parte de las estrategias de los operadores de turismo locales, destacando la oferta hotelera que apunta a reducir sus emisiones principalmente con el manejo sustentable de la calefacción y el agua caliente.
El hotel Cabaña del Lago, por ejemplo, invirtió $ 200 millones y hace ocho años instaló un sistema de geotermia que permite obtener agua caliente desde 30 metros de profundidad. Luego, el agua se calienta en calderas para elevar su temperatura hasta 43 grados y usarse en una ducha normal. ”Con esto, eliminamos 25 millones de toneladas de carbono al año y ahorramos dos tercios del costo que teníamos históricamente”, explica Mauricio Meyer, gerente del hotel.
Fuentes de energía
Un modelo parecido, pero basado en energía eléctrica, es el del hotel Cumbres Patagónicas. “Instalamos dos containers gigantescos que son intercambiadores de calor que funcionan con electricidad: toman el agua de la red y suben su temperatura a 43 grados. De ahí se va a la caldera a petróleo para que suba a 80 grados. Eso significa que la caldera trabaja la mitad de lo que trabajaría normalmente”, cuenta Santiago Baylis, gerente del hotel que acaba de comenzar a neutralizar sus emisiones de carbono.
Por su parte, el hotel Puerto Chico se construyó con maderas recicladas de edicios antiguos, requiriendo una inversión de $ 700 millones, de los que el 10% se destinó a aislación térmica. El centro cuenta con calderas a pellet, cuya prioridad es calentar agua, de lo cual se desprende calor para la calefacción. Según Roberto Lizama, gerente del hotel, “el gasto que se produce en base a la energía con esta calefacción es de unos
$ 500 mil mensuales, lo que para un edificio de más de mil metros cuadrados es ínfimo”.