Empresas y Startups

Estudio del BID revela déficit de innovación en pequeñas empresas por falta de financiamiento

¿Es la empresa la que tiene problemas de recursos para innovar o es el sistema financiero en general una traba a la hora de necesitar financiamiento para un proyecto?...

Por: | Publicado: Lunes 5 de diciembre de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Francisca Orellana 



¿Es la empresa la que tiene problemas de recursos para innovar o es el sistema financiero en general una traba a la hora de necesitar financiamiento para un proyecto? 
Esa es la pregunta que dilucidó un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Intelis del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, que reveló que existen importantes restricciones financieras para que las empresas ejecuten proyectos innovadores en Chile, sobre todo las de menor tamaño y más aún las de áreas o sectores productivos ligadas al conocimiento, servicios y tecnologías de la información, entre otros. 
Para llegar a esa conclusión, se analizó información inédita de la Encuesta Longitudinal de Empresas (que abarcó a 10.000 firmas de diversos tamaños) del Ministerio de Economía y del Centro de Microdatos de la U. de Chile, cuyos datos fueron liberados en 2010 y que por primera vez se están utilizando para estudios de este tipo. 
Para el BID, lo primordial era saber la razón principal que explicaba el bajo nivel de inversión del país en I+D, que llega al 0,4% del PIB. “La cifra está por debajo del estándar que uno esperaría de Chile, dado su nivel de desarrollo. Países como Finlandia, Irlanda o Corea, que en su minuto tenían el mismo ingreso per cápita de Chile, el nivel de inversión estaba en el 1% del PIB, y con una gran participación del sector privado”, dice Gustavo Crespi, co-autor del estudio y especialista líder de la División de Ciencia y Tecnología del BID, en Washington.

Dentro del análisis de los datos obtenidos, se detectaron enormes brechas respecto a la dificultad que tienen las empresas en el acceso a financiamiento para proyectos ligados a la innovación: del total de las encuestadas, el 42,1% de las micro empresas manifestó algún problema, mientras que en el caso de las grandes sólo el 19,3%. Tal situación repercute en la decisión de apostar por la investigación y desarrollo, ya que el interés de las micro empresas llega al 18,4% y a poco más del 61% en caso de las de mayor tamaño.

También se encontró que las dificultades afectan más a los emprendedores o empresas con gerentes jóvenes que aquellas lideradas por ejecutivos con experiencia. A estos últimos, explica el experto, les resulta más fácil encontrar capital por un tema más personal y de confianza.



Dar garantía 


La razón para tener trabas financieras radica, según Crespi, que tanto los fondos de inversión, los bancos, e inversionistas ángeles, entre otros, no cuentan con los incentivos y, sobre todo, con las garantías que les permitan apostar por desarrollos que muchas veces están ligados a activos intangibles. 
De hecho, hoy son cerca de 1.500 empresas las que innovan, pero si existieran incentivos mayores para los que entregan capital, esa cifra subiría a 10 mil.

“En el estado de desarrollo que se encuentra Chile, es fundamental encontrar una solución ya que se puede seguir creciendo copiando o imitando, pero hay que desarrollar las capacidades internamente. Eso es clave para poder establecer altas tasas de crecimiento de la productividad”, explica Rodrigo Álvarez, co-autor del estudio e investigador del Centro Intelis. 
Tanto Álvarez como Crespi plantean que una solución viable para esta disyuntiva sería establecer un fondo de garantía que certifique que el proyecto o idea tiene potencial comercial. Si bien está el Fogape, que es un fondo de garantía para pequeños empresarios, éste apunta a innovación tangible como maquinarias o equipamiento, pero no para activos intangibles, como el conocimiento. 
“Existen otro tipo de experimentos en países como Argentina, Brasil o Colombia, donde las agencias de innovación apoyan el funcionamiento de líneas de crédito a través de la banca comercial para la adopción de tecnologías, que luego llevan a posteriores innovaciones. Son programas que se puede empezar a mirar y pensar en el más adecuado para Chile”, dice Crespi, agregando que hay que buscar movilizar recursos para dar dinamismo a las empresas, ya que si bien un gran porcentaje de las innovaciones es producido por las grandes compañías, son los start-up, las micro, pequeña y mediana empresas las que generan innovaciones disruptivas que cambian la forma de operar en una industria. 
Crespi añade que en 2012 el BID pasará a una segunda fase del estudio que se está haciendo a países de la región, y buscarán mejorar las políticas de estímulo a la innovación en el sector servicios. En segundo término, evaluarán el impacto de los incentivos tributarios a la I+D.

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