La estadounidense Julie McPherson es la primera emprendedora que asume como directora ejecutiva de Endeavor en el mundo. En 1996 se radicó en Chile y en 2000 fundó Tiaxa, junto a Felipe Valdés, una empresa de datos inalámbricos. A Endeavor llegó en 2008 buscando asesoría para iniciar la expansión de la firma, un éxito que hoy la tiene a pocas semanas de liderar la institución que la ayudó a consolidar su negocio.
“Haber sido emprendedora puede transformarse en un valor agregado. Ya viví el proceso de crear una empresa, casi morir en el intento, sobrevivir y pasar a la etapa siguiente de innovación, crecimiento y expansión. Estas batallas dan una perspectiva distinta a la de alguien que no ha experimentado todo este proceso”, comenta Julie McPherson.
La ejecutiva reemplazará en su cargo a Alan Farcas, quien se va al mundo académico. Si bien asume el 9 de enero de 2012, está en plena etapa de planificación.
“El gran desafío es consolidar la expansión y la red regional que inició Alan (Farcas). Ya tenemos una bandera en el norte y en el sur. El paso siguiente es asegurar que los servicios que ofrecemos allí, así como el proceso de búsqueda y selección de emprendedores, se realicen bajo los mismos estándares de calidad que en Santiago”, asegura.
Es cauta y prefiere avanzar “paso a paso”. Por ello se centrará en consolidar las cinco sedes que Endeavor tiene en todo Chile sin abrir nuevas oficinas “por ahora”. Pero también tiene una meta ambiciosa. Planea, al menos, duplicar los 84 emprendedores activos de la institución en cinco años, por lo que considera necesario “seguir fomentando la cultura del emprendimiento”.
Trabajo público-privado
McPherson sostiene que Chile avanza “lento pero firme” en materia de emprendimiento, a diferencia de Argentina, Brasil o México que han dado saltos grandes en menos tiempo. En ese sentido valora las iniciativas gubernamentales, como la reducción del plazo para iniciar actividades o el establecimiento de nuevos tipos de sociedades anónimas, pero dice que aún queda camino por recorrer.
“Endeavor ha contribuido a crear una cultura del emprendimiento a través de la difusión de casos de éxito y por medio de alianzas con el sector privado. Pero es necesario avanzar en distintas materias: fomentar la educación para el emprendimiento desde la enseñanza básica, facilitar el acceso a la información e incrementar el trabajo público-privado”, dice.
Para dar el salto cuántico, explica, falta apoyo del gobierno. “Hay que acrecentar el trabajo público-privado e impulsar iniciativas en esta línea. En otros países se ha demostrado que esto funciona. Al gobierno no le corresponde liderar la instalación de una cultura del emprendimiento porque eso es resorte del sector privado. Pero sí debe apoyar con estructura y procesos para impulsar un trabajo colaborativo”, apunta.