Con el objetivo de estar más cerca de la academia y del ecosistema de innovación, este año Codelco Lab trasladó a todo su equipo desde su headquarter en calle Huérfanos al Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, desde donde busca articular de mejor manera al mundo de la ciencia básica con las empresas, acelerando la llegada de nuevos productos en base a cobre al mercado.
Si bien en sus comienzos el modelo de gestión consistía en participar con equity en los emprendimientos que les interesaban, su gerente general, Eduardo Foix, comenta que hoy la apuesta es generar una relación de apoyo. "A través del fondo Aurus Ventures III, del que también participa Mitsui, el BID y CAF y que cuenta con US$ 80 millones, podemos proveerles financiamiento, pero también nos preocupamos de capacitarlos y abrir redes", sostiene. De esta forma han logrado pasar de apoyar tres iniciativas por año a 25, en distintas etapas de desarrollo, desde ideas hasta productos en fase comercial. Incluso, indica Foix, algunas innovaciones están en pleno proceso de exportación, como las melaminas de Arauco, las jaulas para salmones y las telas con cobre, y este año esperan lanzar al menos dos productos nuevos, además de otros cinco en 2016.
Estos últimos tienen carácter reservado, pero adelanta que el más avanzado consiste en nuevos packaging para productos alimenticios con aplicaciones de cobre, donde las propiedades bactericidas del metal rojo permiten mejorar su preservación.
"Nuestro objetivo es impulsar un ecosistema de innovación más productivo que el que tenemos hoy. Por eso trabajamos con diversas universidades y emprendedores de norte a sur para ayudar a impulsar distintas propuestas de valor para diferentes sectores productivos en torno al cobre", sostiene.
Víctor Pérez,
gerente de Planificación Comercial y
Desarrollo de Mercados de Codelco.
El desafío
Con cerca de 5,5 millones de toneladas al año, Chile representa cerca de un 30% de la exportación de cobre de minas del mundo. Víctor Pérez, gerente de Planificación Comercial y Desarrollo de Mercados de Codelco, explica que como primera derivada de innovación, el metal se procesa para generar concentrados, como segunda se pueden producir cátodos de alta pureza, lo que representa menos de la mitad de los envíos del país hacia el extranjero. A partir de estos últimos también se produce alambrón, pero este corresponde sólo a 100 mil toneladas del metal.
Ese es el máximo nivel de sofistificación que Chile le ha dado tradicionalmente al cobre, y de ahí la necesidad de buscar nuevas aplicaciones que ayuden a la sustentabildiad de la demanda en el futuro. Por eso, afirma, es clave apoyar el descubrimiento y desarrollo de nuevas aplicaciones, las que pueden ir desde superconductores que aumenten la eficiencia energética, hasta aplicaciones para hogares, ropa, alimentos, salud e infraestructura, entre otras.