En Chile, la mayoría de las clínicas privadas más que desarrollar Innovación y Desarrollo (I+D) de manera interna, optan por importar alta tecnología y aplicarla en sus procedimientos para estar a la vanguardia mundial, destinando gran cantidad de recursos a estas adquisiciones.
"Hemos sido bastante innovadores en términos de ir incorporando la tecnología que poco a poco va apareciendo en el mundo. Tenemos muy poco desarrollo de tecnología, pero existen ferias en el extranjero donde nuestras instituciones observan y las incorporan cuando consideran que puede ser un beneficio para los pacientes", afirma la presidenta del Consejo Médico de Clínicas de Chile, May Chomalí.
Por ejemplo, la Clínica Tabancurainvierte US$ 200.000 al año en este ítem, acaba de comprar EinsteinVision Sistema 3D a la empresa alemana
Br. Braun, equipamiento que permite realizar cirugías laparoscópicas tridimensionales. Otro ejemplo, es la Clínica Indisa, que en 2009, adquirió el robot Da Vinci, el primero en Chile capaz de realizar operaciones.
No obstante, también hay varias instituciones médicas que están innovando en proyectos propios, ya sea de forma individual o en alianza con centros y universidades, cuyos desarrollos van desde bancos de células madre, marcadores tumorales hasta biomodelos personalizados en 3D para la planificación de tratamientos y de cirugías.
Radioterapia en 3D
El Hospital Clínico de la Universidad Católica, por su parte, este año incorporará la radioterapia conformacional con planificación 3D, una terapia ambulatoria no invasiva aplicable a todas las patologías oncológicas tratables con radiaciones. Entre infraestructura y equipamiento, la institución invirtió cerca de
US$ 3,3 millones en este procedimiento que focaliza el cáncer a través de una simulación virtual tridimensional.
"La radioterapia es una parte muy importante y delicada del tratamiento del cáncer, por lo tanto requiere equipos de vanguardia", indica el director del Hospital Clínico y Clínica UC, Ricardo Rabagliati.
Centro Celular Heterólogo
Hace cinco años la Clínica las Condes partió con el primer Centro de Terapia Célular Autóloga en Chile, lo que generó que pacientes pudiesen guardar células propias, hacerlas crecer o multiplicarlas para luego usarlas en el tratamiento de sus patologías.
Este año están en marcha blanca con el proyecto Centro de Terapia Célular Heterólogo, que demandó una inversión de unos $ 1.000 millones, con el apoyo de Corfo y la Ley I+D, que permite beneficios tributarios de hasta un 35%.
"El Centro de Terapia Celular Heterólogo va a ser un distribuidor de células a nivel nacional e internacional funcionando como fábrica", señala el traumatólogo, Rodrigo Mardones, director del proyecto.
Explica que cuando un paciente no tiene células en condiciones de aportar a su patología, puede optar por adquirirlas de donantes que se encuentren en mejor estado, las que se cultivarán en el nuevo centro.
Además, esta institución está desarrollando "VR Spine", un sistema para la creación de biomodelos personalizados de patología de columna vertebral en una representación 3D. El proyecto está en su primera fase de elaboración y cuenta con una inversión de $ 1.251 millones, de los cuales el 50% fue financiado por el programa de Innovación Empresarial Alta Tecnología de Corfo y lo restante por la clínica.
"Con esta innovación tecnológica se puede planificar la cirugía de columna del paciente dirigida exactamente a su geografía, a su problema y a sus dimensiones, lo que permite tener una medicina personalizada", explica el subdirector de investigación de Clínica las Condes, Juan Pablo Torres.
Este software -indica- se ha ido generando localmente, gracias a un equipo de médicos a cargo del radiólogo Marcelo Gálvez en colaboración con la Facultad de Ingeniería y Ciencias Físicas de La Universidad de Chile y un grupo de especialistas de Alemania.
Desde la clínica, no descartan la posibilidad de utilizar esta tecnología en un futuro para otras partes del cuerpo como el cerebro "se podría generar la imagen tridimensional del esqueleto a partir de cualquier órgano, podría ser, incluso, a nivel del sistema nervioso cerebral", indica Torres.
Marcadores tumorales
Tradicionalmente la clasificación del tipo de cáncer en un paciente se ha hecho a través de estudios histológicos y características morfológicas por medio de un microscopio. Sin embargo, desde el año 2012, la Clínica Alemana es el primer centro del país en desarrollar una batería de marcadores tumorales que permite realizar tratamientos a la medida del paciente. Con la ayuda de expertos de la Universidad de Yale, está implementando una técnica de identificación de marcadores moleculares que incluye la puesta en marcha de un secuenciador, que permite leer toda la tira de ADN o DNA que tiene una determinada célula para descubrir dónde hay genes anormales.
"Básicamente lo que se hace es caracterizar celularmente el cáncer. Lo interesante es que uno puede identificar cuáles son los que van a responder a un cierto tratamiento y cuáles no", afirma el subdirector médico de la Clínica Alemana, Alejandro de Marinis, quien estima que la inversión del proyecto -tomando en cuenta el equipamiento, profesionales e investigaciones- suman alrededor de US$ 1 millón.
Nueva técnica made in Chile
Las técnicas de mínima incisión se han consolidado en varias partes del mundo, especialmente, en Estados Unidos y Europa.
En Chile, por ejemplo, a Clínica Kennedy ha sido pionera en esta materia en cirugía endoscópica dirigida a solucionar dolencias de la columna a través de procedimientos ambulatorios.
La institución ha desarrollado técnicas e instrumental médico específico para lograr mejores resultados, con cirugías menos invasivas y dolorosas.
"Hemos desarrollado innovación en instrumentos diseñados y patentados por nosotros para complementar este procedimiento como mesas quirúrgicas, sistemas de dilatación de tubos e instrumentaciones con anestesia local para poner tornillos y fijar la columna", precisa el director médico de Clínica Kennedy, Álvaro Dowling.
El experto añade que en la investigación y desarrollo de la técnica e instrumentos, han invertido unos US$ 8 millones en Chile. Adelanta que ya están preparando la exportación de esta técnica a Brasil y están en conversaciones con clínicas de Ecuador, Perú y Paraguay.