Por Francisca Orellana
Poco más de US$ 2 millones al año, lo que representa el 2% de su facturación, invierte Cervecería Chile en nuevos desarrollos e innovaciones, con el objetivo de que muchas de ellas se transformen en una necesidad permanente para los consumidores y, por lo tanto, puedan ser no sólo un valor agregado en sus productos, sino también una oportunidad de negocio.
El “caballito de batalla” en este tema es la marca de cervezas Becker. Así, por ejemplo, como la temperatura es un aspecto importante en el consumo de esta bebida, crearon una etiqueta termo sensible que indica el nivel de frío del producto y que cambia de color cuando está en su temperatura ideal. También lanzaron el “Cooler 12 Pack”, un dispensador gravitacional que permite almacenar y sacar las latas con mayor facilidad sin romper el pack.
Diego Belbussi, gerente general de la compañía que pertenece al gigante cervecero ABInbev, que cuenta con marcas como Brahma y Stella Artois, explica que optaron por Becker para hacer I+D en Chile porque es la que más ha crecido en el mercado local. “Duplicó su participación en el último año, llegando hoy al 10% y logrando una base de consumidores muy amplia”, afirma.
La meta es sacar, al menos, cinco nuevas innovaciones al año con el fin de aumentar el volumen de venta. Para ello, cuentan con un departamento de innovación en el país que posee el tercer laboratorio de investigación más avanzado e importante de la compañía a nivel global. En él se exploran nuevos prototipos y desarrollos a partir de investigaciones de mercado y estudios de los consumidores.
“Ahí conocemos los sabores y percepciones que tiene el consumidor respecto de lo que existe y lo que no”, explica. Están viendo, por ejemplo, cómo aumentar la resistencia de las latas o la forma de abrirlas.
Mejoras operativas
Para mejorar la operatividad, cuentan con un concurso de ideas para los trabajadores a nivel local. Así, gracias a una iniciativa para mejorar la eficiencia y capacidad de líneas de producción de latas y botellas, ahorran US$ 1,5 millón al año en producción. De hecho, el mismo concurso se realiza a nivel global y premia con dinero para capacitación. En 2011 ganó una idea chilena que apuntó a la utilización de los afiches publicitarios por los dos lados.
“Era material que no se usaba, pero que gracias a esta iniciativa significó un ahorro de US$ 700 mil al año, y hoy se está aplicando en todo el mundo”, dice Belbussi.