Por Alejandra Clavería
Ofrecer diversos tratamientos de belleza con tecnología de punta y precios accesibles ha sido la clave del éxito de la cadena de centros de estética Pretty Woman, que sólo en los últimos 18 meses ha triplicado su tamaño gracias a la expansión de su franquicia y a un modelo de negocios consolidado y aprobado por la Cámara de Comercio de Santiago.La historia de la firma nació hace 14 años, cuando la empresaria de origen guatemalteco Yanet Zaror logró adjudicarse los derechos comerciales de Pretty Woman Esthetic Center para Chile, con el objetivo de crear su propio negocio, proporcionar tratamientos corporales con garantía en los resultados y, con el tiempo, darle la oportunidad a quienes buscaban alternativas distintas de trabajo. “Empecé con un local en Maipú y en la medida en que fui tomando experiencia y viendo las necesidades del mercado fui implementando nuevas tecnologías y tratamientos, y desarrollando un modelo de negocios que fuera rentable para mis futuros fraquiciados y en el que no fuera necesario tener grandes conocimientos de estética”, explica Zaror, quien creó Pretty Woman con una inversión personal de
US$ 100 mil.
Tras 12 años de funcionamiento, esta emprendedora comenzó a expandir la marca y hoy cuenta con 12 locales en Santiago y Viña del Mar, que facturan en total unos
$ 1.200 millones al año. “Tenemos tratamientos corporales, faciales y de depilación láser y todo un sistema de apoyo que nos ha permitido idear fórmulas para hacer crecer la empresa, entregando a los franquiciados el derecho a utilizar el know how y los procedimientos operativos, junto con brindar asistencia continua y otros derechos de propiedad intelectual”, agrega Zaror.
En los próximos meses, la empresaria proyecta inaugurar dos nuevas sucursales, en Vitacura y Lo Barnechea, y extenderse al norte del país, específicamente a Antofagasta, Iquique y La Serena.