Por Francisca Orellana
En momentos en que la industria salmonera está en plena recuperación tras la irrupción del virus ISA, el consorcio biotecnológico Aquainnovo, ligado al mayor exportador acuícola del país, AquaChile, ha llevado a cabo desde 2007 diversos programas de mejoramiento genético, de diagnóstico de enfermedades e investigación y desarrollo (I+D) que están dando fruto para mejorar la producción acuícola chilena.
Roberto Neira, gerente de I+D del consorcio, señala que entre los resultados más relevantes del último tiempo está en que han logrado incrementar en un 40% el crecimiento a cosecha del salmón coho en cautiverio luego de cuatro generaciones, gracias a un proceso de selección y mejoramiento genético. “Chile es el mayor productor en el mundo y estos avances ayudan a fortalecer la industria. De hecho, con esto AquaChile está utilizando entre 25 a 30 días menos para que los salmones lleguen a cosecha”, dice. Además, desarrollan un proyecto “que nos acerque a la cosecha de cohos todo el año, a través de la producción de triploides estériles”, explica.
En cuanto a la trucha arcoiris, “sus mayores dificultades eran que la categoría premium se ganaba por su color de piel. Le cambiamos el color con manejo ambiental (evitar que maduraran sexualmente, por ejemplo) y con selección genética, logrando truchas de color plateado y dorso azul, como lo requiere Japón”, dice.
Centro experimental
Desde sus comienzos, la entidad ha destinado en conjunto con Corfo US$ 10 millones, donde también ha obtenido patentes de invención. De hecho, según la Inapi, está dentro de las 15 entidades con más solicitudes en 2010. Actualmente maneja más de $ 3 mil millones para continuar las iniciativas, como un estudio a la resistencia genética a enfermedades de salmón del Atlántico, como el Piscirickettsia salmonis, ISA y caligus.
Dentro de los próximos proyectos, Neira explica que a fin de año inaugurarán cerca de Puerto Montt, el Centro de Investigación y Transferencia Acuícola más moderno de Latinoamérica y que involucró una inversión de US$ 4,5 millones. Serán 2.500 metros cuadrados para pruebas e investigaciones para resistencia genética a enfermedades, sala de cuarentena, estudios nutricionales, entre otros. “La estación experimental nos permitirá hacer pruebas más finas ya que contará con un alto nivel tecnológico y control ambiental total”, dice.