Por Cristóbal Undurraga *
Steve Jobs fue más un emprendedor que un CEO y una de sus grandes hazañas, fue lograr que en Apple se respirara un aire de emprendimiento a pesar de tener decenas de miles de empleados. Y el gran responsable de la cultura de Apple, fue precisamente Jobs.
Tuve la suerte de trabajar en Cupertino, como parte de su programa de reclutamiento de post grados. Era, como me explicó mi jefe más tarde, un programa esencialmente para ver si calzabas con la cultura interna. Una en que las redundancias son pan de cada día, en que hay que trabajar duro-duro, en la que la discreción es más valiosa que la inteligencia, en la que los gurú de los MBA son despreciados y en la que te dan un problema y básicamente te dejan tranquilo con todos los recursos del mundo para resolverlo. Si lo haces bien, genial. Y si no, fue un gusto.
Una de las grandes ventajas competitivas de Apple es que en muchas áreas opera como si fuera un gran start-up. Una manera que Jobs y su equipo descubrió para crear nuevos productos, pero también para atraer y retener a gente que de otro modo se iría a armar su propia empresa. En Apple tienen muy claro que a la hora de contratar gente, su mayor competencia no son sólo Google o Facebook, si no los sueños personales. Describir la cultura Apple es imposible. No está en la página web ni debes firmar un decálogo. Simplemente es.
Ahora que el gran maestro no está, es razonable que se produzcan ajustes. Sospecho que el desafío de este nuevo equipo, no estará tanto en descubrir “nuevas necesidades”, como en mantener la cultura de Apple y seguir siendo capaces de atraer y retener al mejor talento del mundo. Y aun así, creo que habrá un éxodo y una explosión de post-Steve Jobs start-ups en Silicon Valley. Tal vez de ahí surja el nuevo Apple. Qué mejor legado nos puede dejar Steve Jobs.
* Director ejecutivo de InnovaChile.