En 2008, ejecutivos de Sodimac realizaban una inspección aleatoria en la fábrica de uno de sus proveedores chinos, cuando se sorprendieron negativamente: tenían niños trabajando en su cadena de producción.
Ante esto, el gerente comercial de la compañía para Chile en esa época, Francisco Torres -hoy gerente comercial corporativo-, debió decidir si cancelaba o no el embarque que ya venía desde el continente asiático rumbo al país.
Finalmente, Torres optó por devolver el encargo, asumiendo los costos de traslado y las implicancias que tendría el no contar con los productos solicitados en sus góndolas en época de Navidad.
A los proveedores se les exigió la mejora verificable de sus procesos y evitar futuras ilegalidades. Ello, asumiendo un nuevo voto de confianza con sus partners chinos, considerando que éstos no cumplieron con un formulario de compromisos que exigía Sodimac al momento de establecer vínculos de aprovisionamiento y que recoge lineamientos elaborados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), entre los que se encuentran: cumplir con mínimos cuidados medioambientales, en las prácticas laborales y anticorrupción. Al firmar, sabían que serían visitados, al menos, una vez al año.
Según el gerente de Asuntos Legales y Sostenibilidad de Sodimac, Juan Carlos Corvalán, el haber devuelto el barco “fue una fuerte muestra de coherencia, una señal de que no solamente era una declaración de principios”.
Comenta que la firma -del Grupo Falabella- ha avanzado más en esa politica, sumándose a una plataforma mundial para la verificación de las mejores prácticas sociales y laborales, Sedex, desarrollada por una organización sin fines de lucro, que se dedicada a impulsar mejoras en las prácticas empresariales en lo relativo a la ética y responsabilidad de sus cadenas de suministro en todo el mundo.
“No sólo monitorea los cumplimientos sociales y medioambientales, sino también, establece protocolos de auditoría”, destaca Corvalán.
Lo anterior se enmarca en una estrategia de Sodimac, basada en proporcionar productos que tengan el menor impacto en la cadena de producción, pero también, que permitan ahorrar energía y contribuir con el medio ambiente.
Es así como han incorporado más de 840 artículos con logo de eficiencia energética e hídrica y explotación sustentable de bosques, entre otros, con el objetivo de que sean los propios clientes los que apuesten por preferir bienes sustentables.
“Creemos que una empresa como la nuestra debe apostar por reducir sus propios impactos sociales y ambientales, pero también a que sus clientes, mejoren su calidad de vida, ahorrando y cuidando el planeta. Por eso, nos hemos planteado como meta específica crecer en la oferta de productos ecosostenibles”, afirma.
Hoy, del total de sus productos cerca de un 70% provienen de proveedores locales. El resto, es decir, el 30%, es originario de todas partes del mundo, principalmente de Asia y Europa.