Valparaíso busca ser polo regional de emprendimiento
Para su consolidación, actores del ecosistema porteño advierten la necesidad de un trabajo más cohesionado.
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Desde hace unos siete años, la Región de Valparaíso avanza en dirección a convertirse en un polo de emprendimiento e innovación. El gran número de universidades instaladas y la presencia de diversos actores -emprendedores, incubadoras, espacios colaborativos de trabajo (cowork) y empresas- han potenciado un ecosistema que crece rápidamente y cosecha reconocimientos. Es un panorama que trae consigo nuevas oportunidades, pero también plantea desafíos. Entre ellos, mayor sinergia y comunicación, metas de desempeño, atracción de talentos, conexión con sus provincias y trabajo en una marca que los distinga.
Para Werner Kristjanpoller, director del Instituto Internacional para la Innovación Empresarial (3IE) -ligado a la Universidad Técnica Federico Santa María (USM)- el haber sido reconocida entre las mejores incubadoras de Latinoamérica en el ranking especializado UBI Global da cuenta de que a nivel regional llevan la delantera. No obstante, a su parecer, “Valparaíso aún está en proceso de maduración, lo que tiene que ver con una mejor articulación de los actores”. Destaca la importancia de los nuevos espacios de trabajo y reunión de los agentes del ecosistema emprendedor en esto, llamados hub global: “Con estos llegamos a otro nivel del ecosistema y nos colgamos una nueva medalla, contribuyendo a una articulación perfecta y siendo referentes a nivel latinoamericano”.
Los centros, activos desde este año, serán administrados por el Instituto 3IE y Chrysalis, la incubadora de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Para el período 2015-2018 Corfo adjudicó $ 1.689 millones para implementar dos hub y apoyar espacios de cowork en la región.
Felipe Jara, subgerente de Ecosistemas de Emprendimiento de Corfo, comparte las expectativas y espera que a 2018 ya se hayan creado nuevas empresas. Sobre las necesidades de la región, apunta a que si bien existen elementos potentes, “falta una especie de pacto y un gobierno del ecosistema que incorpore a todos los actores y funcione con un plan específico con métricas que indiquen cuántas nuevas empresas queremos tener, en qué áreas y cuánto empleo deberían producir”.
Sumado a estos requerimientos, está la atracción de talentos. En esta área destaca la iniciativa de Start- Up Chile por llevar a sus emprendedores a regiones -entre ellas Valparaíso- desde octubre de 2015. El incentivo para quienes cursen su primera etapa en regiones es la entrega de un fondo adicional de $ 5 millones, los que se suman a los $ 20 millones iniciales. Así, los emprendedores favorecen una cultura de innovación y emprendimiento en el lugar donde se radican.
Jara destaca la necesidad de no replicar la centralización en las capitales provinciales: que no se diga que todo se realiza en Valparaíso y nada llega a Villa Alemana, por ejemplo.
Jaime González, director de Housenovo Coworking, comenta que desde hace seis años ve cambios positivos e importantes, pero su diagnóstico es que, comparado a la capital, el retraso de Valparaíso es de cuatro años. “Aún hay quienes piensan que trabajando solos llegarán más lejos, la oferta es amplia y atractiva, pero la gente se está movilizando culturalmente de a poco a las oportunidades”.
Una visión similar tiene Diego Carrasco, consejero regional de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech), quien releva que cada pieza del ecosistema comunique efectivamente lo que hace, pues, ejemplifica, “muchas veces, por no dejar ir un fondo o una entidad que los apoye, los emprendedores postulan a algo que no es lo que necesitan”.
Sin olvidar lo necesario que es que las empresas planteen retos para que nazcan con ellos nuevos proveedores, Patricio Feres, gerente de Innovación de Corfo, sostiene que pese a que hoy las empresas son el link más débil del ecosistema, los esfuerzos en materia de innovación se centrarán en el corto plazo en la línea Innova Pyme -donde históricamente Valparaíso ha tenido un buen desempeño- y en los programas de Investigación y Desarrollo (I+D), trabajo con el que se podrían obtener mejoras similares a las que de Santiago, donde 20% de las empresas innovan.
“A Valparaíso le va muy bien en los llamados a nivel nacional y siempre secunda a Santiago sin hacer ningún esfuerzo adicional y eso es reflejo de su ecosistema”, detalla.
Hacia una marca regional
Como director de Chrysalis, otra de las incubadoras reconocidas a nivel regional, Walter Rosenthal ve una oportunidad de mercado en la marca que ha creado Valparaíso sin inversión.
“Hay una oportunidad allí y una marca por cuidar, pero también brechas que se deben acotar para posicionarnos como un destino. Si invirtiéramos todos juntos en un eslogan que invitara a emprender en Valparaíso podríamos aumentar nuestra presencia, captar más talentos y crear empresas con un sello de la zona”, asegura.
Para Rosenthal, lo ideal es recibir una inyección potente de talentos, “lo que hace Start-Up al traer emprendedores es un goteo, pero necesitamos más. Ojalá pudiésemos recibir a dos generaciones completas”.