Universidades lideran fomento de industria en torno a la astronomía
Buscan crear un consorcio público-privado, que apunte a aumentar el desarrollo de tecnologías intermedias y de alta gama.
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A 2030 se espera que haya más de dos tercios de la capacidad astronómica mundial instalada en Chile, es decir, un 70% de los observatorios. Pero, ¿ el país está preparando para impulsar una industria en torno al rubro? La respuesta de los científicos es sí, aunque no a los niveles de países que ya la tienen, como Alemania y Estados Unidos, principales proveedores de alta tecnología para este sector alrededor del globo.
Desde la Sofofa, el gerente de Innovación y Emprendimiento, Álvaro Acevedo, señala que las grandes compañías nacionales que proveen servicios o soluciones atienden requerimientos específicos, como obras civiles, provisión de equipos y software y, por lo general, no constituyen un área importante en sus negocios. Añade que hay poco interés por dedicarse en exclusiva a esta industria, porque la demanda de los observatorios en Chile "es muy baja".
No obstante, está el interés de los científicos y en particular el de las universidades, entre ellas, la Chile, la Católica, la de Concepción, la de Antofagasta y la Federico Santa María, algunas de las cuales cuentan con centros de astroingeniería o departamentos de astronomía que impulsan la investigación. Además existe el Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA), que lo integran la Chile, la UC y la UdeC.
Astronomía, una nueva prioridad para el gobierno
Al interés del mundo científico y académico, se suma el del gobierno que en marzo anunció que la astronomía, y en especial la instrumentación astronómica, se incluyeron en la lista de prioridades de Corfo.
Este hecho instó a un grupo de científicos a proponer crear un consorcio, que reúna a académicos y empresas, e impulse una industria en torno a la astronomía, basada en el desarrollo de tecnologías intermedias (fibra óptica, ingeniería civil y eléctrica de gran complejidad, etc.) y de alta gama (partes del telescopio).
"El diseño del consorcio debiera tardar un año, para investigar en cuatro y tener resultados en ocho", afirma Ricardo Finger, miembro del Departamento de Astronomía de la U. de Chile, investigador de CATA y promotor de la iniciativa.
Añade que en las próximas dos décadas se invertirán en el país de entre US$ 3.000 a US$ 4.000 millones en la instalación de los nuevos complejos de observación internacional. En este escenario, advierte, si Chile no está preparado perderá una gran oportunidad de desarrollo. "Como estamos hoy, en los próximos 20 años, la mayoría de la alta tecnología será construida en EEUU y Europa, ensamblada por europeos y Chile sólo pondrá el terreno", recalca.
Según el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, de la inversión total que se materializó en 2015, sólo el 25% fue de empresas nacionales, monto que espera se incremente en los próximos años. "Aumentar la participación de empresas chilenas no sólo depende de ILO (Oficina de Enlace Industrial) de este ministerio, sino también de los modelos de licitación que elaboran los propios observatorios", afirma.
Destaca que desde 2012 opera el Fondo Quimal para el Desarrollo de Tecnologías para la Astronomía Nacional de Conicyt, que en su año de inició adjudicó $ 177 millones a dos proyectos, uno de la Universidad Católica y otro, de la Universidad de Concepción. Para este año, la modalidad, explica, será otorgar a cada proyecto aprobado, un monto máximo de $ 200 millones.
Desarrollos tecnológicos
El equipo en el que trabaja Finger, forma parte de un consorcio internacional compuesto por científicos de Estados Unidos, Canadá y Taiwán, que está a cargo de construir 66 receptores para ALMA -el proyecto astronómico más grande que existe-, donde cada lugar aporta con un desarrollo diferente. Chile lo hará con un sistema óptico.
Por otro lado, el Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento (NLHPC), está trabajando con dos proyectos astronómicos. Uno está basado en que el supercomputador "Leftraru", el más veloz del país, para recepcionar las fotografías tomadas por el telescopio Decam, ubicado en el Tololo (IV Región), a fin de capturar los datos y entender cómo se mueven los objetos en el cielo. Su análisis permite enviar la información a otro lugar del mundo, para complementar la investigación. Jaime San Martín, director del NLHPC, comenta también que están desarrollando algoritmos y software en conjunto con el equipo del LSST (Large Synoptic Survey Telescope), de Tucson y Washington Seattle (EEUU).
En tanto, el Centro de Astro-Ingeniería UC, liderado por Leopoldo Infante y que hoy inaugura nuevos laboratorios en el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, está trabajando, entre otros, en la creación de un espectógrafo -instrumento que analiza el espectro de frecuencias de un movimiento ondulatorio- multiobjeto de alta resolución para el E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande). Un segundo proyecto del centro, que lidera el astrofísico Andrés Jordan, consiste en la construcción de 63 cámaras que capturarán todo el cielo del Observatorio Las Campanas (Vallenar) cada 30 segundos, lo que permitirá contar con una película de imágenes.