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La nueva camada de emprendedores sub 25

Ni siquiera han terminado el colegio o la universidad, pero ya buscan solucionar un problema y generar un impacto positivo...

Por: Reportajes | Publicado: Lunes 13 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Ni siquiera han terminado el colegio o la universidad, pero ya buscan solucionar un problema y generar un impacto positivo. Esta es la nueva camada de emprendedores, a quienes les preocupan las problemáticas sociales y crecieron usando intensivamente la tecnología, las redes sociales y viendo a Mark Zuckerberg triunfar con Facebook, razones por las que hoy sueñan con emprender con más ansias y menos miedos.

Para Tadashi Takaoka, subgerente de fondos para emprendimiento de Corfo, el ecosistema chileno, de la mano de concursos y torneos para estudiantes ha sido un impulso importante para formar a los nuevos emprendedores.


Lo anterior, sumado a un boom por emprender, desde 2010, dio como resultado que la mayoría de los institutos, universidades o colegios hablaran de innovar, crear y llevar adelante proyectos propios.
Con ello, los estudiantes han aprendido metodologías que antes parecían "el secreto de unos pocos" y que hasta hoy ignoran otros mayores que ellos.


Por esta razón, Takaoka estima que "estos jóvenes, incluso si no tienen éxito, van a ser a los 30 años intraemprendedores muy potentes y van a cambiar la capacidad de las empresas a futuro".


Y advierte que intentar una y otra vez y fracasar podría hacer de ellos una generación con un perfil más agresivo y resiliente que la anterior.

 

Diseñando y creando robots y tecnología espacial

La pasión por los robots de Francisco Arévalo desde los 13 años lo llevó a perseguir su sueño. Y hoy con 17 años, lo tiene trabajando en la sede de Robotics Labs para competir en un torneo de lucha robótica humanoide japonés, llamado Robo-One, el próximo 26 de febrero. En esta instancia, donde también participa la Agencia de Exploración Aeroespacial Japonesa (Jaxa), el estudiante formará parte del único equipo occidental.


Sus primeros pasos los dio como parte de Corazón de Chileno, un team de robótica formado por estudiantes y su experiencia la ha gando en concursos. Uno de ellos, Space Apps Challangue, una hackatón de 48 horas que propone a estudiantes resolver problemáticas del espacio, organizada por la NASA. En la versión 2016, fue distinguido con su equipo en la categoría Technology, por desarrollar un cohete que podía ser impreso en 3D.


La esperanza de Arévalo es que el Ministerio de Ciencia y Tecnología llegue con recursos para el sector. Esto porque, a su juicio, pese a que no se explotan sus capacidades, los secundarios pueden dar y crear soluciones a problemas complejos. "En un futuro podría haber un Corfo Semilla, pero para robótica", destaca.

 

Innovar y emprender con foco en la construcción

Por lo general, los maestros de la construcción utilizan dos estructuras para llegar a zonas en altura: el caballete de madera o los andamios. El primero está prohibido, pues puede resultar peligroso, mientras que el segundo es ineficaz en espacios más pequeños o interiores.


Basados en la idea del caballete e innovando, el equipo de Six Plus, conformado por seis estudiantes: Erik López, Felipe Uarac, José Antonio Rodríguez, Manuel Pincheira, Luis Pérez y Abraham Sepúlveda, todos sub 25 y de regiones, creó una estructura regulable que facilita tareas eléctricas, albañilería o carpintería, proyecto con el que ganaron la categoría Oro en el concurso Jump Chile 2016 de la Universidad Católica.
Con la competencia obtuvieron $ 6,5 millones, y aunque ya tienen un prototipo, buscan mejorar su producto y materiales que lo hagan menos costoso y más liviano. Todo esto con el foco de convertirse en una empresa como tal, ingresar al mercado y comenzar con las ventas en 2018.


"El hecho de estar en la universidad permite un traspaso más rápido de la tecnología a la universidad y de allí a la empresa", comenta Manuel Pincheira. Y Erik López aclara que no se quedarán sólo con el financiamiento de Jump, ya que a mitad de año esperan contar con un nuevo fondo.

 

Agua potable para los campamentos de Antofagasta

Desde hoy y durante una semana, Francisca Carmona y Evelyn Ramos, ambas con 16 años, conocerán el ecosistema de innovación y emprendimiento en Silicon Valley, luego de ganar el concurso de emprendimiento escolar Aprendo Emprendo -organizado por PuntajeNacional y la Universidad Adolfo Ibáñez y Corfo- con su proyecto Free Aqua.


Ambas estudiantes del Netlandschool (Antofagasta) junto a un tercer integrante, Sebastián Saavedra, idearon una solución para obtener agua potable a través de paneles solares y de una célula que absorbe la humedad del medio ambiente.


Las secundarias conocían la sequía de Antofagasta, pero en relación a ella detectaron un problema social que les hizo idear su solución: los campamentos que no cuentan con agua potable crecían y sólo entre 2006 y 2011 lo habían hecho a un ritmo de 500%, según datos de Techo Chile.


Su proyecto también fue reconocido por el concurso Go! Innova de Inacap y, además, premiado por su propio colegio con $ 1 millón para concretar un prototipo.


Francisca Carmona cuenta que con su solución hoy pueden obtener 350 ml de agua, pero quieren continuar con este proyecto este año hasta llegar a un dispositivo capaz de abastecer a una familia completa.
"Nos quedamos contentos con que podamos aplicar nuestra idea, en un campamento de Antogasta este año", recalca Carmona.

 

Al rescate de la flora y fauna de la Región de Magallanes

Pablo Sanhueza y Gianfranco Cavallieri, ambos de 16 años y estudiantes del Colegio Luterano, ubicado en la Región de Magallanes- obtuvieron el primer lugar en el XVII Congreso Nacional Escolar de la Ciencia y la Tecnología del Programa Explora de Conicyt en su versión 2016, por su investigación titulada "Asociación floral del ladrón de néctar Bombus Terrestris y su grado de dispersión en Magallanes".


En un trabajo riguroso, los secundarios quienes en 2017 cursarán tercero medio, observaron a abejorros nativos y se preocuparon de estudiar su ciclo de vida, debido a la relación directa que tienen estas especies con la flora y fauna de Magallanes, al ser polinizadoras y, por lo tanto, la base del ecosistema.


Pese a que no existían estudios previos, encontraron motivación en su gusto por la naturaleza para generar un nuevo conocimiento. A su juicio, existen instancias para que estudiantes como ellos puedan investigar, pero falta apoyo de la comunidad científica para que sus trabajos sean un aporte y no queden "como investigaciones nulas sin llegar a una finalidad", recalca Sanhueza.


Su meta es continuar su proyecto, incorporar nuevas aristas y aprovechar el entorno que los rodea. "Solo quienes vivimos aquí podemos recoger datos valiosos de Magallanes, aunque estemos alejados de Santiago cada estudiante tiene su zona por explorar", dice Sanhueza.

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