Industria

Tensiones en reorganización de Nova Austral: banco noruego arremete por acciones de la salmonera

DNB Bank, segundo mayor acreedor del proceso, sacó a relucir una serie de contratos de prenda sobre activos de la empresa y pidió que los títulos sean declarados no esenciales.

Por: Martín Baeza | Publicado: Martes 1 de agosto de 2023 a las 04:00 hrs.
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Otra valla que saltar aparece en el camino de la reorganización judicial de Nova Austral. En junio, la salmonera de capitales noruegos –y principal empleadora de la isla de Tierra del Fuego- hizo la solicitud a la justicia en Porvenir en la que reveló deudas por casi US$ 560 millones.

Los grandes acreedores en este proceso son los tenedores de bonos, representados por el agente de garantías internacional Nordic Trustee. Según explicó esta firma al Juzgado de Letras y Garantía de Porvenir -donde es representada por el estudio Barros & Errázuriz-, en este caso agrupa a entidades custodias de dos emisiones de bonos distintas, cada una de las cuales tiene 14 tenedores de bonos.

Entre éstos, destacan la administradora de fondos Moneda Assett Management y la familia Solari Donaggio. Esta última ya se querelló contra exdirectores y un representante del controlador de la empresa, acusando haber sido engañados al momento de invertir y denunciando vaciamiento patrimonial y una estafa que cifran en US$ 300 millones.

Tras los bonistas, en la lista de acreedores sigue uno de los bancos más grandes de Noruega, el DNB Bank. La salmonera le adeuda más de US$ 69 millones. Y es este banco el que ahora ha sacado a relucir sus armas en este proceso.

La jugada de DNB

En el contexto de la reorganización judicial que se tramita en tribunales, DNB Bank -representada por abogados de Morales & Besa- reveló una serie de contratos de prenda que mantiene sobre activos, biomasa, dinero y acciones de la salmonera. Todos estos bienes fueron declarados como esenciales por Nova Austral, con lo que quedarían bajo la protección de la ley concursal, al menos, durante este proceso.

Sin embargo, el banco levantó la mano y solicitó que las acciones de la empresa que están prendadas a su favor sean excluidas de esa categoría. “No son necesarios para la continuación del negocio o la prestación de los servicios a los que se dedica, que consiste en el cultivo y crianza de peces”, dijeron sus abogados.

Y agregaron que “cabe recordar que las acciones de una sociedad son un instrumento de inversión de capitalización de propiedad de un tercero. Por ende, surge inmediatamente la duda de cómo pueden las acciones emitidas por la empresa deudora ser esenciales para el cultivo y crianza de salmones de alta calidad”.

Nova Austral, representada en el proceso por Carey Abogados, pidió al juzgado rechazar ese punto de la solicitud, dando a conocer que el acuerdo de reorganización que presentarán a los acreedores incluirá que “una parte importante del pasivo” se pague mediante la capitalización deuda.

“En ese sentido, las acciones de Nova Austral, prendadas en favor de DNB, son esenciales para que la empresa deudora pueda cumplir con el plan que se presentará y, en consecuencia, son bienes necesarios para el giro de la empresa deudora”, argumentó la compañía.

La trama entre acreedores

La capitalización de deuda es una opción que hace meses la salmonera ha puesto sobre la mesa, particularmente después de que ésta cayera en default e intentara llegar a un acuerdo con los acreedores. Fue tras el fracaso de ese acuerdo que la empresa solicitó la reorganización.

Durante esa discusión, se había barajado la opción de que fueran los bonistas quienes tomaran el control de la empresa, pero finalmente la propuesta no logró consenso. Según conocedores de las tratativas, Nova Austral venía hace mucho tiempo con niveles de deuda varias veces más altos de los que podía soportar su operación y es por eso que ya se venían analizando alternativas para mantenerla a flote.

Hace años, Nova Austral ha sido blanco de multas y sanciones, principalmente por hechos que ocurrieron durante la anterior administración de la empresa, que tenía a Nicos Nicolaides como gerente general. Hoy, junto a otros cuatro ejecutivos, está formalizado por haber entregado información falsa al Fisco y haber abusado de la Ley Navarino, que entrega incentivos tributarios a empresas que operan en la Región de Magallanes.

En un fallo sin precedentes, además, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) le revocó tres concesiones a la salmonera.

Así, llegado cierto punto, los bonistas habrían transmitido que no podían seguir invirtiendo en la compañía a menos que se lograra que las multas fueran suavizadas o relocalizar los centros en otras zonas de la Región de Magallanes. Al no mejorar las condiciones, el acuerdo no perduró.

Pero, además, hubo otro factor que tensionó ese proceso. Entre los tenedores de bonos chilenos, hay fuertes molestias con DNB Bank. Distintas fuentes consultadas argumentan que la entidad noruega fue muy dura y que nunca estuvo dispuesta a ceder en su posición para darle una salida a la salmonera. La arremetida por las acciones prendadas, ahora, la atribuyen a esa misma línea de acción.

El último gran factor de la reorganización es que la crisis financiera de Nova Austral terminó por generar una crisis social en Porvenir, dado que es la principal fuente laboral de la isla.

En la isla ha existido una serie de movilizaciones de parte de los sindicatos, al punto de que hasta el propio Presidente Gabriel Boric se reunió con ellos durante un viaje a Magallanes realizado a inicios de mayo.

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