La Corporación Chilena de la Madera (Corma) precisó este martes que a la fecha se han producido 3.907 incendios en el país, lo que corresponde a un 8% más que en la temporada anterior. Sin embargo, la superficie quemada ha sido menor. Hasta ayer, se contabilizaban 23.173 hectáreas, lo que es 23% inferior a lo visto hace un año.
Pese a eso, señalan que la situación es compleja. En las provincias de Cautín y Malleco hay un 5% menos de ocurrencia de este tipo de siniestros que hace 12 meses, pero un aumento “considerable en la superficie de hectáreas afectadas”. En Cautín el aumento es de un 12%, y en Malleco de un 92%.

Desde Corma, al igual que lo planteado por la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), denuncian la participación de terceros detrás de los siniestros. “La principal causa de origen es la intencionalidad, algo que no se considera en la ley que nos parece fundamental corregir, si queremos evitar que estas situaciones se repitan en un futuro”, plantearon.
De acuerdo a estimaciones del gremio, el 30% y 18% de los incendios que han afectado a Malleco y Cautín, respectivamente, son intencionales; y un 16% y 24% correspondería a negligencias. (ver tabla)
Por este motivo, desde la corporación señalaron que los incendios forestales “son un problema país, que afecta mucho más que a un sector económico”.
El presidente de Corma de La Araucanía, Antonio Soto, junto con el gerente, Marcelo Bonnefoy, han liderado la relación con autoridades locales y participado activamente en los Cogrid para prevenir y combate de los siniestros.
El impacto en las siembras el sur
El presidente de la Sociedad Agrícola de Biobío (Socabio), José Miguel Stegmeier, también expresó su preocupación por el avance de los siniestros y afirmó que este escenario “es lo más trágico que hay”. Agregó que un grupo importante de personas ha perdido sus viviendas y lo más importante para el sector agrícola: sus siembras. “Muchas estaban pronto a ser cosechadas, y también se perdieron muchos rastrojos (los restos que quedan después de la cosecha)”.
A su juicio, todos los incendios en Malleco han sido intencionales y han afectado a cultivos de trigo, cebada y avena, algunos de esos sin cosechar, lo que es una “tragedia total, no hay nada que recuperar”.
Según Stegmeier, gran parte de las hectáreas quemadas corresponde a rastrojos agrícolas y un sector de productores perdió tierras sembradas.