Ferrero sube apuesta por avellana chilena con una segunda planta en 2024 y completará inversiones por US$ 330 millones
Grupo matriz de Nutella y bombones Rocher, destaca su compromiso de largo plazo con Chile que, además, atraviesa por un boom de plantaciones en ese fruto.
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Los datos muestran que en una década las plantaciones de avellanos en Chile se han multiplicado por 10, pasando a ser el cuarto frutal con más superficie sembrada.
Lo que para muchos es desconocido, es que un porcentaje de esas avellanas está destinado a sustentar la producción internacional de marcas como Nutella, Kinder Bueno y los bombones Rocher. Todas ellas forman parte del portafolio del grupo italiano Ferrero.
La compañía opera en el país a través de su filial AgriChile, que tiene un brazo agrícola, con más de 4 mil hectáreas (ha) de avellano plantadas, y uno industrial, encargado de procesar las frutas para enviarlas listas para los productos finales de la compañía.
“La situación del negocio en Chile es promisoria, la producción de avellana está en constante aumento”, dice el CEO de Ferrero Hazelnut Company, Marco Botta, desde las oficinas centrales de la empresa en Luxemburgo.
Y es por eso que, a futuro, planean mantener firme su apuesta por el país: “Hay un tremendo espacio para crecer. La demanda está creciendo y creo que el sector continuará haciendo lo mismo. Y Chile tiene características fantásticas en términos productivos, la calidad es extremadamente alta (…) Ferrero es una compañía que trabaja siempre pensando en el largo plazo”.
Marco Botta, Ceo de Ferrero Hazelnut Company.
Nuevas inversiones
De acuerdo a información entregada por la empresa, Ferrero ya ha invertido más de US$ 330 millones en Chile y hoy emplea a casi 1.000 personas.
Y de estas inversiones, US$ 75 millones corresponden a una segunda planta para procesar avellana que la compañía está construyendo en San Gregorio, en la Región del Ñuble. Botta dice que la idea es que esas instalaciones estén lista durante el próximo año.
La primera planta de la compañía fue construida en 2015, en Río Claro.
De este modo, el ejecutivo del Grupo Ferrero señala que Chile tendrá dos de las siete plantas que la firma tiene a nivel global.
El motivo para invertir en una nueva planta fue que “la primera estaba totalmente saturada. Y esto va a más que duplicar nuestra capacidad de procesamiento de avellanas”, señala Botta.
El CEO agrega que, mientras se terminan de construir las instalaciones, ya están analizando cuáles serán los próximos pasos para crecer localmente. “Creemos que Chile es una parte esencial de nuestro plan estratégico”, dice.
Las ventajas del país
Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), en 2011, en Chile habían 3.440 ha de avellano. A fines de 2022, esa superficie ya ascendía a 36.393 ha, multiplicando por diez las plataciones.
Solo el año pasado, las áreas de avellano en el país crecieron un 48,8%. Y según los ejecutivos de Ferrero, esto ha seguido en aumento: ellos ya contabilizan unas 43 mil ha del frutal en Chile.
Camillo Scocco, gerente general de AgriChile considera que los motivos de este boom son las “excelentes condiciones geográficas”, además de un alto nivel de desarrollo del sector, y un entorno económico y social favorable.
Botta complementa señalando que la incursión de la empresa en el país fue “mágica”, ya que encontraron las condiciones agrícolas ideales, tanto en términos de suelo como en clima.
“Es un país extremadamente escalable en términos de prácticas agrícolas. Intentamos contribuir aportando la experiencia de Ferrero sobre la avellana, pero el país estaba realmente muy preparado, también en términos de la construcción de relaciones positivas con las instituciones, para tratar de desarrollar cosas nuevas”, destaca el CEO de la compañía.
Las plantaciones de Ferrero en el país se ubican desde la Región del Maule hasta algunos sectores de la Región de Los Lagos.
Lo que viene en Chile
Pero además de esto, para la firma italiana Chile tiene otra ventaja y es que permite a la compañía tener producción de avellanas durante todo el año.
Según narra Botta, el empresario Michele Ferrero (fallecido en 2015), tenía como objetivo hacerse con una segunda cosecha fresca en el año. “En el hemisferio norte, las avellanas llegan en septiembre, pero eso no alcanza a estar listo para la temporada navideña, que es la época clave para las marcas de chocolate. Así, la avellana procesada en Chile está apuntando a este objetivo”, indica el alto ejecutivo.
En ese sentido, Botta explica que, dentro de la esencia que el Grupo Ferrero ha adoptado como compañía familiar, está hacer inversiones y compromisos a largo plazo: “Esta es la razón por la que estamos invirtiendo en una segunda planta y ya estamos pensando en lo que vendrá”.
Al respecto, Scocco añade desde las oficinas de la firma en Río Claro: “Aquí tenemos todavía disponibilidad de tierras para seguir plantando, tenemos recursos y las condiciones climáticas. Así que tenemos que seguir trabajando en Chile (...) ya mostramos la capacidad de cultivo que existe acá”.