La automovilística Chrysler tuvo ganancias de US$436 millones en el segundo trimestre y dejó atrás las pérdidas registradas en el mismo periodo de 2011, cuando arrastraba los efectos de la bancarrota y el posterior rescate con ayuda pública de 2009.
La tercera automovilística de EEUU, filial de la italiana Fiat, cerró así su cuatro trimestre consecutivo sin cifras rojas.
En el primer trimestre tuvo un beneficio de US$473 millones, que se redujo ligeramente entre abril y junio, hasta US$436 millones.
"Juntos estamos intentado conseguir más para aprender del pasado y construir sobre ello nuestros éxitos", dijo en un comunicado hoy el consejero delegado de Chrysler, Sergio Marchionne.
Cuando Marchionne habla del pasado, se refiere a que, un año atrás, la multinacional del motor registró pérdidas de US$370 millones.
Los números rojos correspondían principalmente al pago de US$551 millones para devolver préstamos del Gobierno de EEUU, que inyectó dinero en la industria del motor para evitar la bancarrota de un sector clave en el tejido empresarial del país.
Juntamente con las ganancias, el segundo trimestre de 2012 le generó a Chrysler unos ingresos netos de US$16.785 millones, un 23% más que doce meses atrás, y unas ventas mundiales de 582.000 vehículos, un 20% más.
Entre los puntos fuertes, la compañía destacó el aumento de 32% de las ventas en Estados Unidos al por menor, que concuerda con los últimos informes de la Fed, que destacaron una "robusta" demanda de autos.
El objetivo de la multinacional del motor es cerrar el ejercicio 2012 con unos ganancias cercanas a los US$1.500 millones y unos ingresos próximos a los US$65.000 millones.