Entre Códigos

Larraín Vial Femenías y su proyecto legal: “Tenemos más tiempo para menos casos, pero casos que realmente motivan”

A meses de su debut como firma legal, Jorge Vial, Jorge Femenías e Ignacio Larraín hacen un balance más que positivo de su alianza. “Estamos felices”, dicen.

Por: Paula Vargas | Publicado: Viernes 31 de mayo de 2024 a las 04:00 hrs.
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Jorge Vial, Jorge Femenias junto a Ignacio Larraín. Foto: Julio Castro
Jorge Vial, Jorge Femenias junto a Ignacio Larraín. Foto: Julio Castro

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Son resolutivos y de decisiones rápidas. Su inesperada salida de PPU, una de las firmas de abogados más grandes del país, la decidieron en menos de dos meses hasta concretarla. Ignacio Larraín, Jorge Vial y Jorge Femenías, trabajaron en el estudio iberoamericano hasta el 30 de agosto del año pasado y el 1 de septiembre ya estaban funcionando en sus nuevas oficinas, ubicadas en un moderno zócalo de Candelaria Goyenechea, en Vitacura.

“Partimos incluso sin computadores, porque no llegaron en la fecha estimada. Ese día a todos les mandé un mensaje para que traigan sus equipos personales… hoy eso ya es una anécdota”, cuenta Ignacio Larraín, quien recuerda los primeros días en que comenzaban a sentir la responsabilidad de lo que implica liderar un emprendimiento del cual también dependía un grupo de asociados que decidió seguirlos y desde luego, sus familias.

En esa oportunidad fueron varios los abogados que salieron de PPU. “Cuando los tres tomamos la decisión, en un minuto nuestro equipo se nos acercó de a poco. Tuvimos la suerte y fue muy gratificante porque son profesionales de primer nivel, eso nos validaba, nos entregaba fuerza, pero también nos enfrentaba a un desafío importante porque había que responder a sus expectativas”, añade Jorge Femenías.

“Veníamos trabajando juntos hace tres años, teníamos mucho trabajo cruzado... Entonces, (el acercamiento) fue dándose de manera muy natural”, explica Ignacio Larraín.

Una decisión –aseguran- no fácil para ninguno de ellos, sobre todo por los vínculos y la experiencia que ganaron en su exoficina. “Yo trabajé 12 años de mi vida, le tengo mucho cariño a la gente que trabaja ahí, les deseo lo mejor y de verdad, no tenemos ningún conflicto con ellos”, se apura en decir Larraín, quien también responde a las motivaciones que gatillaron esta decisión.

“Veníamos trabajando juntos hace aproximadamente tres años, teníamos mucho trabajo cruzado entre los equipos, se trataban de áreas muy complementarias. Entonces, fue dándose de manera muy natural”, explica Larraín, mientras Jorge Vial agrega que otro punto relevante fue el tamaño de la estructura, la que no siempre les permitía estar cerca de los casos como querían y, por otra parte, estaban los conflictos de interés que a veces surgían y les impedían tomar materias de alta complejidad.

“Hoy te diría que más que de clientes, somos una oficina de casos... Un cliente hoy no va a venir a pedir que constituyamos una sociedad o demos una asesoría general, va a venir por un caso, un litigio, una operación para notificar en la Fiscalía Nacional Económica, una investigación, esa es la base de este proyecto… Tenemos más tiempo para dedicarle a muchos menos casos, pero casos que realmente motivan y el cliente te siente más presente y recupera esa conexión”, detalla Vial.

Justamente por lo anterior –señala Femenías- su objetivo no es ser parte de “una masa de estudios legales”, buscan ser “mejores abogados” y tomar casos “altamente sofisticados”. Algo que han vivido en su corta historia como Larraín Vial Femenías. Por ejemplo, actualmente encabezan la representación de Linde en el caso de colusión en la industria de los gases industriales que denunció la FNE, así como otras asesorías a grupos económicos en materias y juicios específicos.

Lo que viene

Buscan dar con un sello distinto al de otras boutiques de resolución de conflictos. Destacan en esta parte características como la horizontalidad y un trabajo más colaborativo, lo que también se nota –dicen- en la distribución de la oficina, con espacios más abiertos, que inviten a la conversación y a la discusión más intelectual.

Sobre el tamaño de la oficina, están cómodos con lo que hoy son (alrededor de una docena). “Puede que crezcamos marginalmente”, asegura Larraín, pero aclara que más que agregar nuevas áreas, les interesa desarrollar dos especialidades como son el ámbito penal y de cumplimiento. La primera que está dirigida por el abogado Carlos San Martín, y la segunda por Catalina Montero.

La nueva ley de delitos económicos, las disputas familiares, por mencionar algunos temas, son asuntos que, según los socios del estudio, “normalmente terminan con varias aristas, entre ellas, la penal, civil, etc. Entonces, lo que vemos es que para poder prestar un servicio integral en materia de resolución de conflictos, tienes que tener el área penal”.

Algo similar, acota Larraín, sucede con el compliance. “En temas de libre competencia y en otros también, se dice que no han funcionado bien los mecanismos de control, y eso es mentira, porque el compliance no solo tiene por objeto que no se cometan ilícitos, sino que se detecten a tiempo y que la compañía se pueda acoger a los beneficios de la ley… nunca como compañía vas a poder prevenir todo”, agrega el experto.

Estos fanáticos de los litigios dicen estar ahora a sus anchas; “felicidad” es la palabra que más repiten al hacer el balance de estos últimos nueve meses. Incluso, Femenías va más allá y asegura que “nunca había sido tan feliz desde la perspectiva profesional y con unos casos que me los soñaba”.Habla de “caos perfecto” al hablar del trabajo en la oficina, mientras Vial añade que siente una libertad y autonomía para tomar decisiones, como nunca antes.

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