La receta para el hidrógeno verde, según MAE: proyectos medianos, suministro doméstico y conocimiento local
“No vas a ver 50 proyectos listos en 2025”, aterriza James Calaway, presidente de Mejillones, Amoníaco y Energía (MAE).
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Entre las promesas sobre el potencial del hidrógeno verde, el discurso de James Calaway destacó en el cierre del Chile Day y generó encendidos aplausos. El presidente de Mejillones, Amoníaco y Energía (MAE) y de Ioneer, James Calaway, presentó un mensaje optimista, pero también distanciado del discurso oficial que se concentra en grandes proyectos.
“No vemos la necesidad de esas grandes plantas piloto para probar la tecnología. La tecnología de electrolización es bien conocida”, asegura Calaway, en entrevista con DF.
Según el directivo, el punto de eficiencia ideal se alcanza con proyectos de 300MW. Muy por debajo de algunos de los proyectos en discusión. “El problema es que hay alguna gente en el país que está realmente trabajando duro (por el desarrollo del hidrógeno verde), pero hay un 90 por ciento que está en presentaciones de papers sobre estos proyectos gigantes de 25 GW. ¿Están bromeando? Estamos muy lejos de eso”, subrayó.
“No vemos la necesidad de esas grandes plantas piloto para probar la tecnología. La tecnología de electrolización es bien conocida”.
“El hidrógeno verde será un mercado más local durante mucho tiempo, porque la construcción de buques capaces de mover cualquier hidrógeno es tan costosa que ni siquiera hablamos de ello”.
Calaway hace énfasis en que se debería adoptar un enfoque pragmático, que -sin esperar las reformas anunciadas- trabaje ya en el marco regulatorio existente. Para ello, sin embargo, se requiere de un profundo conocimiento de ese sistema, que se beneficia de equipos locales.
“Hemos trabajado ya una década (en Chile), en los últimos tres años en Mejillones estudiando costos, los puertos, como obtener agua sin tener que esperar por una nueva desaladora… Eso sería un desastre, tomaría años. Si ves la lista de proyectos que supuestamente están en marcha, si los sometes al análisis de lo que hemos hecho, verás que muy pocos están tan avanzados. No vas a ver 50 proyectos listos para construcción en 2025. Simplemente es imposible”, afirma, y con ello contraria las proyecciones que maneja el Gobierno.
Tras desarrollar proyectos solares en Antofagasta, el equipo de MAE maneja el proyecto “Volta”, de hidrógeno y amoníaco verdes, en Mejillones. El proyecto, con una inversión por US$2.500 millones, contempla la construcción de un parque solar y una producción de 580 mil toneladas de amoníaco verde al año, con las primeras entregas planificadas para 2027.
Pensar local
Uno de los puntos que más destaca Calaway es el riesgo de que, en medio de la discusión, quizás más glamorosa sobre el hidrógeno verde, se desperdicie la oportunidad que representa desde ya el amoníaco para descarbonizar la matriz nacional.
“El hidrógeno verde será un mercado más local durante mucho tiempo, porque la construcción de buques capaces de mover cualquier hidrógeno es tan costosa que ni siquiera hablamos de ello”, sugiere y explica que, por el contrario, el amoníaco no enfrenta las mismas dificultades de transporte ni de infraestructura portuaria.
El análisis del ejecutivo contrasta con las aspiraciones que tiene el Gobierno y que se recogen en la Estrategia Nacional del Hidrógeno Verde. Entre éstas, figuran tener en desarrollo y operación una capacidad de electrolización de 5GW hacia 2025, y convertir a Chile hacia 2030 en “líder de en la exportación de hidrógeno verde y sus derivados”.
Cuestionado sobre estos planes internacionales, Calaway contesta: “No sé por qué no dejamos de decir eso. Básicamente el hidrógeno verde tiene la oportunidad de ser utilizado en el sistema doméstico. Su centro de producción tiene que estar cerca, tienes que convertirlo en electricidad y no quieres (por su complejidad y costos) transportarlo largas distancias. Es muy caro. No conozco a nadie aparte de, ya sabes, algunas personas radicales que están pensando en ponerlo en barcos”.
Calaway cree que Mejillones sí tiene potencial de convertirse en hub para la producción de amoníaco verde. “La mayoría de gente que se toma este tema en serio sabe que el mercado mundial va a ser el del amoniaco verde”, apunta. En ese sentido, indica que el amoníaco verde puede ser el vehículo para mover hidrógeno alrededor del mundo. “Puedes tomar el amoníaco, que hoy lo usamos básicamente para agricultura, puedes llevarlo a Japón, recibirlo en un puerto ya existente y todo lo que tienes que hacer es “romperlo” para liberar el hidrógeno. El exceso es nitrógeno que se puede usar de otras formas, pero es fácil de tratar. Así que puedes convertir ese amoníaco transportado, y creo que es lo que vamos a ver cada vez más, tendremos barcos que se funcionan a partir de amoníaco”, explica.
El miedo de Calaway es que esos planes de competencia mundial desvíen la atención del potencial que tiene el país para descarbonizar su matriz propia de forma acelerada.Cree que ese podría ser el gran aporte de Chile a la lucha contra el cambio climático. Por ejemplo, al volver verde su minería, su producción de litio y su industria.
Para ello, plantea que tanto a nivel de discusión, como de manejo y propuestas de proyectos, se debe adoptar un enfoque más pragmático, con iniciativas que se adecúen a las condiciones de cada región y al marco regulatorio existente. No es fácil, pero es posible, asegura. “Es como diseccionar un auto, tienes que ver parte por parte qué es lo que necesitas: el diseño, la ingeniería, la evaluación ambiental. Lo hemos hecho en Atacama. Sabemos que se puede trabajar en el marco actual”, afirma Calaway.