Consumo eléctrico en la minería crecería un 31% al 2032 por cambios en la matriz productiva
Según estudio de Cochilco, las concentradoras e impulsión y desalación de agua de mar serán los procesos de mayor intensidad en consumo.
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La energía eléctrica es un insumo estratégico para la minería del cobre dado que se requiere en sus diversos procesos productivos y servicios. De hecho, esta industria enfrenta desafíos estructurales dentro de los cuales se encuentra el alto crecimiento esperado en consumo de electricidad. Se trata de una industria cuyo crecimiento esperado en producción –de un 21% entre 2021 y 2032- es significativamente menor a la proyección de consumo eléctrico, que crecería un 31% durante el período.
En concreto, en la última década el consumo de electricidad de la industria minera del cobre creció un 39%, y en la próxima década crecerá un 31%, de acuerdo al estudio de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) sobre proyección del consumo de energía eléctrica en la minería del cobre hasta el 2032, año en que podría estar en operación gran parte de la actual cartera de proyectos.
Los factores del mayor consumo
Según explica el director de Estudios y Políticas Públicas, Jorge Cantallopts, en las últimas décadas, y asimismo se estima a futuro, el aumento progresivo en el consumo eléctrico de la industria minera se atribuye a causas estructurales y de producción en la industria del cobre. Apunta al continuo envejecimiento de las minas, lo que a su vez se relaciona con menores leyes del mineral, a una roca más endurecida que contribuye a aumentar los requerimientos de electricidad.
“En paralelo, se cuenta las restricciones a la extracción de agua continental, que ha impulsado a varias faenas a instalar plantas de desalación e impulsión de agua de mar hacia las faenas, proceso que es altamente intensivo en electricidad”, dice.
Sobre las causas productivas, destaca la sucesiva mayor producción de concentrados de cobre, lo que acrecienta la necesidad de energía, sobre todo eléctrica, por dos vías.
“La directa, mediante el proceso mismo de concentración de mineral intensivo en energía eléctrica. La indirecta, por el mayor uso de agua en este proceso, lo que a su vez refuerza la tendencia al uso de agua de mar y su impulsión a la faena, proceso intensivo en energía eléctrica”, agrega.
El informe plantea que este desarrollo ha significado un verdadero “cambio en la matriz productiva de la industria”, lo que indudablemente supondrá una mayor intensidad en el consumo de energía eléctrica. Según el estudio, se estima que el consumo eléctrico crezca desde 25,8 TWh en 2021 hasta 33,8 TWh en 2032. Se requerirá agregar una capacidad de generación eléctrica de 1.154 MW hacia el año 2032.
Los procesos que más gastarán
Hacia el 2032, la demanda de electricidad de las concentradoras se incrementará llegando a 22,0 TWh, representando el 65,1%.El consumo energético para desalación e impulsión de agua de mar es otro proceso para el cual se proyecta un alza importante, pasando de 1,5 TWh en 2021 a 4,5 TWh en 2032, convirtiéndose en el segundo proceso de mayor intensidad de consumo eléctrico.
Con esto, se proyecta que a fines del período la impulsión y desalación de agua de mar será el proceso de mayor intensidad en consumo energético después de la Concentradora, con un 13,3% del total.
A nivel regional, Antofagasta, en línea con su alta producción y las inversiones mineras a materializar, seguirá concentrando más de la mitad del uso energético, pasando de 15,3 TWh (59% del consumo eléctrico cuprífero nacional) en 2021 a 17,6 TWh (52%) en 2032.
Si bien al 2021 las faenas actualmente en operación concentran prácticamente la totalidad del consumo eléctrico esperado en minería cuprífera, al 2032 los proyectos potenciales, posibles y probables llegan a representar alrededor de un 26% del total.
Asimismo, analizando por tipo o propósito del proyecto, las iniciativas de expansión, reposición y los nuevos, en conjunto, adquirirán una importancia creciente pasando de representar un 28% del consumo estimado en 2021 al 63% en 2032.
En tanto, se proyecta que los proyectos nuevos pasen de representar el 10,2% del consumo esperado en 2021 al 31,8% en 2032. La creciente importancia de estas iniciativas se atribuye en gran parte a los proyectos de Esperanza Sur y Encuentro Sulfuros, que en conjunto corresponden al proyecto distrito Centinela de Antofagasta Minerals, Quebrada Blanca Fase 2/Hipógeno de Teck Resources, entre otros.