Conexión Kimal-Lo Aguirre ingresa primera adenda con respuestas a casi 2.600 observaciones y contempla leve ajuste en la extensión de la megalínea
Si bien la extensión original del proyecto era de 1.342 kilómetros, ahora se plantean 1.346 kilómetros, asociado a la instalación de 2.691 torres. La empresa dio cuenta además de avances en el desarrollo de la ingeniería de detalle.
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Continúa avanzando la evaluación ambiental de la megalínea Kimal-Lo Aguirre, que unirá Antofagasta y Santiago y contempla una inversión de unos US$ 1.500 millones. Este viernes, la empresa Conexión Kimal-Lo Aguirre ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) la primera adenda, documento que responde tanto a las observaciones del Informe Consolidado de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (ICSARA) presentado por los organismos del Estado que participan del proceso, como a las observaciones recogidas en la participación ciudadana.
Si bien el documento se esperaba para el 30 de septiembre, la empresa solicitó una extensión del plazo -que fue concecida- debido a que las observaciones ciudadanas formuladas en el anexo fue publicado en el expediente de evaluación más de cuatro meses de emitido el primer ICSARA en enero.
Finalmente, la compañía que impulsa la iniciativa -que considera dos subestaciones convertidoras en cada polo, entre las regiones de Antofagasta y Metropolitana y un trazado por 28 comunas entre ambas regiones- debía dar respuesta a casi 2.600 observaciones si se suma las que están contempladas en el primera ICSARA y los de la participación ciudadana.
Según indicó la firma en un comunicado, la gran cantidad de archivos que componen la Adenda 1, dan cuenta de información adicional de línea de base requerida, así como ajustes en el trazado de la línea para evitar intervención y/o reevaluar impactos. Precisaron que estos se manifiestan en la disminución de áreas de corte vegetacional en aproximadamente 100 hectáreas para obras permanente, y similar magnitud en obras temporales, mientras que la cantidad de estaciones repetidoras disminuye de nueve a cinco unidades, entre otras.
En concreto, esto implica un leve cambio a 1.346 kilómetros en la extensión de la línea de transmisión, asociado a la instalación de 2.691 torres, para lo que se requerirá la contratación de 5.099 trabajadores en promedio, con un peak de 6.249. Originalmente se planteó una extensión de 1.342 kilómetros y 2.686 torres de alta tensión.
“Conforme establece el reglamento del Sistema de Evaluación Ambiental, hemos dado cumplimiento oportunamente a lo requerido en el primer ICASARA, en línea con nuestras políticas de sostenibilidad y derechos humanos, teniendo en cuenta que la transición energética debe darse en un contexto de protección al biodiversidad y aceptación social”, sostuvo el gerente general de Conexión Kimal-Lo Aguirre, Sebastián Fernández.
Avances del proyecto
Otro aspecto relevante de la iniciativa, además de su proceso de evaluación ambiental, es el desarrollo de su ingeniería de detalle, dando así cumplimiento a lo establecido en el Decreto de Adjudicación de la Obra del año 2022 del Ministerio de Energía, y los hitos que éste considera.
En particular, la empresa precisó que ya se tiene aprobado el hito asociado a ingeniería de líneas, y prontamente se dará cumplimiento a lo relacionado a las subestaciones conversoras, para luego continuar con las órdenes de compra para los equipos en las instalaciones.
En términos del aseguramiento de la franja para la instalación de la línea, se han suscrito acuerdos voluntarios con los propietarios de los predios, de acuerdo con lo programado, y se presentaron cinco solicitudes de concesión eléctrica, una en cada región, a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC).
El proyecto fue mandatado por el Coordinador Eléctrico Nacional, organismo que supervisa la operación del sistema eléctrico, como parte del plan expansión de la transmisión de largo plazo en Chile, desarrollado por la Comisión Nacional de Energía (CNE) en el año 2018. Con su entrada en operación deberá garantizar un suministro eléctrico más estable, aumentar la participación de energía renovable, comenzar el proceso de electrificación de los consumos energéticos, y así alcanzar las metas de carbono neutralidad comprometidas por el país.