Hace casi 20 años, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, niños de primero a octavo básico tienen la experiencia de vivir en una república democrática, con presidente, ministros y alcaldes. ¿Cómo ocurrió? En la Escuela Karol Cardenal de Cracovia se creó un modelo innovador que fomenta la educación cívica y el desarrollo personal, donde los alumnos son los protagonistas.
El establecimiento particular subvencionado gratuito, comenzó a operar en 1980, recibiendo a alumnos que eran expulsados de otros colegios, quienes tenían problemas en diferentes dimensiones, cuenta Juan Carlos Navarrete, fundador y quien hasta este año se desempaña como su director.
Pasaron más de 15 años buscando un modelo de educación diferenciado que motivara a estos estudiantes.
“Comenzamos a investigar con qué escuela soñaban los niños, los padres y los mismos profesores. Descubrimos que el problema estaba en el organigrama, porque en las escuelas tradicionales los niños no son lo más importante, por eso decidimos centrar toda la atención en ellos y que fueran los protagonistas”, comenta el director.
Tras este análisis, la escuela básica comenzó a funcionar como un país. Un régimen democrático que cuenta con una constitución política, un presidente, ministros, intendente, alcaldes y donde cada curso representa a una comuna. El proceso eleccionario se realiza en base a las capacidades de liderazgo con que cuentan los alumnos.
Así, los niños de toda la escuela -975 en total- cumplen una función en alguno de los estamentos, por ejemplo, quienes participan en el Ministerio de Educación están a cargo de los útiles, y quienes lo hacen en el de Salud deben velar por el consumo de alimentos saludables.
Son los mismos alumnos quienes van desarrollando distintos proyectos, con una metodología simplificada, en función de mejorar la escuela según sus intereses. Un caso, es el mundialito de fútbol realizado durante los recreos en las canchas de la escuela.
Desarrollo personal
Uno de los ejes centrales en la formación es el desarrollo personal. “Primero está la persona y luego el estudiante”, dice Navarrete, quien explica que en la metodología empleada incorpora mediciones que consideran aspectos como la autonomía, seguridad y autoestima.
Para trabajar en estas dimensiones, el plan de la escuela incorpora terapias como Reiki, musicoterapia, y relajación, que se realizan en grupo, con el objetivo de indagar y comprender los conflictos de los alumnos y cómo ayudarlos.
“No nos alegra tanto el resultado académico como el logro personal de los niños, quienes se esfuerzan por superar los obstáculos, como la pobreza emocional e intelectual. Nuestra mayor motivación es apoyarlos en su desarrollo personal e integral, al máximo de sus capacidades”, explica el docente.
Con el objetivo de fomentar el desarrollo integral, al finalizar la jornada escolar formal tienen la opción de quedarse hasta la 18:00 en talleres como karate, fútbol, canto, música, inglés o computación.
Ha sido tal el interés por este modelo que dos instituciones chilenas han seguido sus pasos. Esto se concretó primero en la Escuela Chanquin de La Araucanía y este año en la Escuela Nieves del Sur de Coyhaique.
La escuela fue reconocida por la Fundación País Digital como uno de los 50 casos ejemplares de educación en su publicación “Innovación made in Chile 2008”. Además, destaca como la única representante chilena en el libro “Viaje a la escuela del siglo XXI”, del español Alfredo Hernando, que identificó los establecimientos más innovadores del mundo.
La institución también figura en el Mapa de Innovaciones Educativas, publicación inédita realizada por SUMMA, el Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina y el Caribe, creado por el BID y Fundación Chile, con apoyo de ministerios de educación de la región.