El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff está preparando una nueva capitalización de los bancos públicos que podría llegar a los 40.000 millones de reales (US$ 22.500 millones) con el fin de abastecer a la economía con crédito. El temor de los técnicos es que la desaceleración de la actividad y el agravamiento de la crisis mundial provoquen en 2012 un escenario similar al de 2008, cuando la oferta de financiamiento dejó al país sin liquidez y los bancos públicos tuvieron que impulsar la economía.
La inyección de recursos (que puede ser una mezcla de dinero del Tesoro, emisiones de acciones o financiamiento externo), será necesaria ya que las entidades financieras están a un ritmo acelerado de expansión de su cartera y se avanzan rápidamente a los límites de seguridad, el llamado índice de Basilea, el que establece que por cada 100 reales prestados, el banco necesita de una reserva propia de al menos 11 reales, informó el diario OGlobo.
Otro factor de presión es que el banco central va poner en consulta pública normas más estrictas de control que apuntan a exigir una mayor capitalización.
Más ayuda
La situación sería crítica en entidades como Caixa y Banco do Brasil. Si ambos mantienen sus parámetros, necesitarán por lo menos 15.000 millones de reales, una cifra similar a las capitalizaciones realizadas en 2009 y 2010. El BNDES recibirá 25.000 millones de reales.
Desde la última crisis, el banco que recibió más aportes fue el BNDES. Fueron 100.000 millones de reales en 2009 y 80.000 millones de reales en 2010. Eso sin contar los 30.000 millones para ayudar en la capitalización de Petrobras. Este año, el gobierno capitalizó al BNDES en 30.000 millones de reales, con autorización para que el total del año se quede en 55.000 millones de reales.