Nuevo plazo de implementación y un análisis para identificar las medidas que son realmente efectivas para evitar los robos de cajeros automáticos (ATM). Ésos son los dos ámbitos en los que tanto la banca como la Subsecretaria de Prevención del Delito están trabajando, en lo relacionado a las nuevas exigencias de seguridad de los ATM, impuestas por el Decreto Nª 222, el penúltimo que fue publicado por el gobierno del ex presidente de la República, Sebastián Piñera. Por lo pronto, la industria está pidiendo que se postergue su aplicación en dos meses.
Esto porque a pesar de que los canales electrónicos siguen creciendo en uso, los cajeros automáticos aún representan una parte relevante de las transacciones de los clientes.
Es por eso que las nuevas exigencias para la instalación y uso de estos dispensadores significan una inversión importante y un desafío mayor para el negocio bancario. Al 30 de julio de este año -270 días después de la publicación de la nueva normativa en el Diario Oficial- la banca deberá tener la totalidad del parque de ATM cumpliendo con un primer requisito. Esta etapa exige instalar el sistema de grabación de imágenes en alta definición, sólo en lo relativo a la cámara externa del equipo, lo cual no es menor, considerando que a abril el sector tiene 8.444 cajeros.
Desde la industria explican que el recambio está ocurriendo aceleradamente, lo cual también está pasando con el retiro de aquellos no rentables en los nuevos términos y condiciones ambientales.
Es más, desde la publicación del decreto, la industria ha retirado 493 ATM, según datos de la SBIF. De esta cifra, el 57% corresponde a cajeros del Banco de Chile, y 28% al Santander.
Fuentes ligadas a la industria explican que en varios casos el plan va rezagado, sobre todo con las entidades que tienen mayor cantidad de estos equipos. Entre ellos estaría BancoEstado, que destaca por la extensión de su red.
Agregan que la mayor preocupación son los lugares remotos con dificultad para aplicar las medidas, por ejemplo, por la conectividad.
Análisis en conjunto
Como aún queda tiempo, la banca trabaja en conjunto con el gobierno en el contenido del decreto. Fuentes conocedoras de las conversaciones indican que el objetivo principal de este diálogo es identificar lo que realmente sirve para evitar los robos y poner en ello el foco y la inversión.
Y mientras tanto, el tiempo corre: el 30 de octubre se vence una nueva exigencia, que establece que cada banco deberá tener el 30% de sus ATM equipados con anclaje, blindaje o empotramiento, con el sistema de protección contra elementos cortantes y/o fundentes de su caja fuerte o bóveda, el sistema disuasivo de entintado de billetes y el mecanismo de grabación de imágenes en alta definición, sólo en lo relativo a la cámara interna incorporada al cajero.
Cabe recordar que esto en un comienzo generó debate en el sector, el que criticó que se había “sobrecargado de exigencias” a este canal, lo que implicaría el retiro masivo de aquellos que ya no fueran rentables.