por Jimena Catrón Silo
Los temores de contagio de la crisis y la incertidumbre respecto de su evolución en 2012 ya generó efectos concretos en Chile. Y es que las líneas de crédito que tienen los bancos europeos en el país ya evidenciaron los cambios que están aplicando las instituciones locales.
Esto debido a que luego que la mayoría de los vencimientos de las líneas de crédito de los europeos hayan comenzado a cumplirse
-principalmente en el último trimestre de este año-, al momento de volver a negociar las condiciones, los spreads que se cobran y los plazos de pago se ajustaron a los resultados del monitoreo constante que están haciendo los locales.
¿De qué países provienen estos bancos? Principalmente de España, Italia y Francia, aunque también hay algunos alemanes. Sin embargo, según comentan altas fuentes del sistema, existiría consenso en que estos cambios son transitorios, ya que se tiene la seguridad que en caso de que estas entidades lo requieran finalmente, van a recibir el apoyo de sus gobiernos y el BCE.
Y a pesar que se espera que este ajuste dure sólo un par de meses, el tema ha sido abordado con bastante cautela a nivel local.
De hecho, no es un asunto que sea abordado vox populi al interior de las entidades, por dos razones: la primera, que este cambio se convierta en una señal al mercado respecto a posibles malas expectativas económicas para el próximo año; y la segunda, porque están cuidando al máximo las relaciones con sus contrapartes en el Viejo Continente.
Actualmente, para las instituciones locales este negocio representa cerca del 1% del total de activos que manejan; es decir $1,23 billones, unos US$ 2.517 millones, según las cifras a octubre entregadas por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF). De estos montos, el banco más relevante es es BancoEstado, con casi
US$ 1.000 millones.
Efecto concreto
Si bien la realidad de cada banco es distinta, habiendo algunos en condiciones más adversas que otros, lo cierto es que los spreads que cobran las instituciones locales han subido entre un 7% y 10%. Además, mientras antes el plazo promedio de estas líneas (que principalmente son abiertas para financiar operaciones de comercio exterior) era de 180 días, ya en varios casos ha sido reducido a la mitad, para así poder tener contratos más acordes a la información que entrega el monitoreo, el que contempla la evolución que están teniendo los Credit Default Swap (CDS, seguros que cubren los riesgos de default).
Pero este encarecimiento en las líneas de financiamiento no afectaría en nada a las filiales locales de estas instituciones del Viejo Continente, ya que éstas funcionan de forma prácticamente independiente de sus matrices, y el sistema financiero chileno se ha mantenido ajeno a los temores de contagio.
De hecho, según varias fuentes consultadas, está prácticamente descartado que las sociedades matrices quieran deshacerse de sus activos en el país para llevar capital a Europa, puesto que la estabilidad de la industria y las perspectivas de mantener los niveles de solvencia con proyecciones positivas, hacen que más bien se fortalezcan estas posiciones.
Lo que pasó en 2008
Justamente el movimiento contrario fue lo que sucedió en el mercado local durante la crisis de 2008.
Cabe recordar que la crisis y contracción de la liquidez global de fines de 2008 y principios de 2009 hizo que los bancos de Europa endurecieran sus estándares crediticios y priorizaran su liquidez, lo que se tradujo en un aumento en los spreads que cobraban los europeos, que finalmente implicó un incremento en los costos finales de los préstamos y una reducción de estos mismos a los clientes.
Sin embargo, el Banco Central expandió las líneas de liquidez, lo que unido al crecimiento contracíclico de los préstamos de BancoEstado, ayudaron a enfrentar los meses en que hubo menor liquidez.