Grupo japonés Kowa jugará rol clave en arremetida de Potash por el control de SQM
Con el quiebre del cartel del potasio se abrió un espacio para que la canadiense cuente con la mayoría de las acciones.
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Hace casi trece años que la canadiense Potash Corp. of Saskatchewan (PCS), ingresó a la propiedad de SQM, y hace casi la misma cantidad de años que la compañía, ha tenido por objetivo convertirse en el controlador de la misma.
Sin embargo, por primera vez en todo este tiempo dicha empresa tiene una posibilidad en el horizonte para concretarlo. Esto porque la caída que han vivido las acciones de la minera no metálica local desde el fin del cartel del potasio, junto a las eventuales repercusiones que podría tener la investigación que lleva a cabo la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), en paralelo a la que lleva la Unidad de Delitos de Alta Complejidad de la Fiscalía Centro Norte, han hecho que nuevamente PCS dé a conocer su interés por controlar SQM.
Y es en este escenario que toma un rol protagónico un grupo que si bien tiene sólo cerca de 2,08% de los papeles, tendrá mucho que decir frente a las intenciones de la canadiense.
Es así como el holding nipón Kowa, que mantiene un pacto de “actuación conjunta” con una serie de sociedades controladas por Julio Ponce se debiera convertir, si Potash decide concretar sus aspiraciones, en una de las primeras vallas que sortear.
¿Por qué es tan fundamental? mientras el grupo Pampa es dueño del 31,97% de las acciones de SQM, y PCS controla el 32% de las mismas, al sumar la participación de Kowa, Ponce queda como controlador indirecto de la compañía.
Este mismo hecho demuestra una de las diferencias entre ambos gigantes internacionales: mientras uno (Kowa) busca una participación accionaria que lo vincule a negocios relacionados a su core business (comercio exterior, manufactura, equipos médicos, etc), la otra (PCS) tiene la costumbre de controlar las empresas en las que pone su bandera.
El atractivo de SQM
A pesar que los precios de antes del rompimiento del cartel se podrán recobrar en un mínimo cuatro años y que sin los aumentos de capital de Oro Blanco y Norte Grande la situación financiera de las sociedades parte de la cascada se complica, PCS sigue interesada en controlar SQM.
La razón es simple: si se analiza frente a otras empresas del rubro, la chilena mantiene costos operaciones bastante más bajos que sus comparables. De hecho, se estima en el mercado de fertilizantes que sus múltiplos de Ebitda superaron durante 2013 el promedio proyectado de la industria, que asciende a x7. De hecho, el mismo CEO de PCS, Bill Doyle señaló en un conference call durante la semana pasada que “parte de nuestra estrategia es ser el proveedor de menor costo en todos los principales mercados agrícolas en el mundo y, por supuesto, si se ven las ubicaciones de esas operaciones en particular, hay ahorros significativos”.
Ese sería el principal argumento que tiene la canadiense para mirar con atención cómo se desenvuelven las finanzas y se transan las acciones de la Sociedad Química y Minera para esperar el mejor momento para quedarse con el control, que actualmente mantiene de forma indirecta Julio Ponce, que gracias a un acuerdo de acción conjunta con los japoneses de Kowa tiene la mayoría de los votos en la empresa.
Y a pesar de que durante el año pasado se presentó la mejor oportunidad en términos de mercado para que PCS volviera a intentar sacar a Ponce como controlador, ya que su acción llegó a transarse por poco menos de $ 13.700 tras la caída del llamado “cartel del potasio”, lo cierto es que aún existen eventuales razones para que el empresario chileno esté abierto a darle una mayor injerencia a Potash.
Entre ellas, el hecho de que a pesar de que el precio del potasio se ha recuperado desde que se anunció el fin del cartel a mediados de 2013, las acciones aún están lejos de los $ 18.940 en los que se transaban los títulos.
A esto se suma el informe realizado por el economista Erik Haindl, que arrojó entre sus resultados la necesidad de realizar los aumentos de capital de Norte Grande y Oro Blanco a la mayor brevedad posible. Sin embargo, estas operaciones, que suponen incrementos de US$ 92 millones y US$ 120 millones, respectivamente, aún no han sido inscritas por la SVS. Así, si el informe de Haindl estaba en lo cierto, la situación de las llamadas sociedades cascada se haría insostenible en el mediano plazo.
Al cierre de esta edición SQM aún no entregaba sus resultados al cierre del cuarto trimestre de 2013 y el mercado al parecer no está muy optimista. De acuerdo al último reporte de Banchile Inversiones, el Ebitda en el último trimestre del año mostrará una caída tanto en términos interanuales como trimestralmente dada la debilidad en precios observada en todos sus segmentos (cloruro de potasio, yodo y litio).
Asimismo señaló que la utilidad neta anotaría una caída de 45% a/a o -43% t/t al totalizar US$78 millones, "lo que refleja la alta base de valoración del trimestre anterior en donde registró una ganancia extraordinaria producto de la venta de royalties de minería".
Por otra parte, un sondeo de Reuters realizado ayer arrojó conclusiones similares, donde varios analistas apostaron por una caída en las ganancias de 44,6% interanual en el cuarto trimestre del 2013.
Según el sondeo, los débiles resultados se explicarían por "un menor precio para los productos relacionados a la industria de fertilizantes y menores volúmenes y precios de venta en yodo por el aumento en la oferta mundial de yodo", según consignó Santander GBM en un informe a clientes.
Otros analistas afirmaron a Reuters que el negocio del litio, del que SQM es el mayor productor mundial, también mostraría una merma respecto al mismo trimestre del 2012.
Luego de las fuertes alzas que ha registrado en las últimas sesiones, ayer los papeles de SQM-B cayeron 0,95% en la Bolsa de Santiago, sesión en la que nuevamente fue una de las acciones más transadas ($ 2.472 millones).
A pesar del retroceso, en el año acumula ganancias por 26,16%, mientras que en febrero el rally la llevó a trepar 22,32%.
Ayer, los títulos cerraron en $ 16.885, un avance no menor respecto del registrado en agosto de 2013, cuando estuvo por debajo de los $ 13.000 por papel.
Con todo, aún no recupera los $ 18.940 que anotaba el día de su desplome, cuando se dio a conocer la salida de Uralkali del denominado cartel del potasio.
El jueves pasado, los papeles de la minera no metálica subieron 9,04% en la bolsa luego de las declaraciones que realizó Potash -la canadiense que posee el 32% de las acciones de SQM- respecto a que podría elevar su participación en la firma que controla junto a Julio Ponce.