“Los estudios de abogados custodian información muy sensible en formato digital y, sin embargo, la mayor parte de ellos están desprotegidos ante posibles ataques” dice Alejandro Touriño, socio de tecnologías de la información de Ecija al diario español Expansión.
De hecho, el año pasado, el informe de la firma de ciberseguridad estadounidense Mardiant afirmaba que 80 de los 100 despachos más importantes de EE.UU habían sufrido algún tipo de incursión ilegal o ataque de hackers para hacerse con datos.
“A estas alturas, los despachos de abogados son un objetivo fácil para hackers, ya que es un sector que, hasta ahora, no ha prestado demasiada atención a este problema”, explica Touriño.
Una de las formas para contrarrestar este peligro es alejar de las conexiones de Internet la información más sensible y que los abogados únicamente puedan acceder a ella a través de una red propia o intranet, señala Francisco Pérez-Bes, vicepresidente de la asociación de Expertos Nacionales de la Abogacía TIC (Enatic) de España.
Touriño, en tanto, dice que la estrategia de protección debe contemplar un sistema de tres directrices: medidas tecnológicas, legales y organizativas. Esto implica contar con un equipo de especialistas integrado que monitoree la información y que ésta esté alojada en un servidor propio. Además, debe existir una política clara del uso que se hace de la tecnología y que los abogados sean conscientes de la responsabilidad que conlleva. En cuanto a la comunicación a través de smartphones, los dos expertos desaconsejan la utilización de servicios como WhatsApp. “Para los hackers es fácil atacar un dispositivo como un smartphone o un tablet. Sistemas como WhatsApp cuentan con problemas de seguridad”, dice Pérez-Bes a Expansión.