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Consolidación salmonera: Trusal buscaría socio y grupos peruanos evalúan la compra de empresas

La recuperación de la producción, además de las expectativas de que el precio del salmón suba, han hecho que las firmas retomen conversaciones para fusionarse.

Por: | Publicado: Lunes 27 de febrero de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por J. Catrón y M. Villena



Hace ya algunos meses que se están moviendo las fichas al interior de la industria salmonera. En el último tiempo se activó con fuerza la búsqueda de socios estratégicos para una nueva etapa de expansión. Y es que el crecimiento que ha experimentado la producción de salmones en el último año, acercándose a los niveles previos a la crisis del ISA, ha hecho que las empresas del sector comenzaran los sondeos para concretar eventuales fusiones y asociaciones.

La idea que ronda en la industria es que este proceso de consolidación se traduzca en la creación de cinco o seis grandes competidores (hoy sólo entre los asociados a SalmonChile existen 25 productores). Además de algunos mandatos permanentes que existen en bancos de inversión para encontrar oportunidades atractivas para crecer, se suma que el año pasado tres compañías, entre ellas Trusal, perteneciente a la familia Nenadovich, estuvieron cerca de fusionarse, para así crear la segunda mayor salmonera a nivel local, después de AquaChile. Sin embargo, la negociación no llegó a puerto.

Es por ello que ya algunas han iniciado rondas de conversaciones con los bancos donde tienen créditos para liberar los covenants que dificultan el ingreso de socios, como por ejemplo, el que tiene relación con la imposibilidad de repartir dividendos.

Con todo, este interés también ha traspasado las fronteras. Esto debido a que actualmente existen tres grupos de origen peruano, relacionados a la producción de harina de pescado, que han mantenido conversaciones con algunas de las principales salmoneras para ver la posibilidad de comprar una participación en ellas.

El caso de Trusal


Una de las firmas que habría avanzado en un eventual proceso de venta es Trusal, presidida por Miguel Nenadovich. Varias han sido las conversaciones que han mantenido sus directores para enajenar al menos una parte de la empresa, la que estaría avaluada en unos 
US$ 70 millones (como valor de patrimonio). La compañía, que se ubica en la categoría de mediana en la industria, mantenía una proyección de ventas a 2011 de unos 
US$ 150 millones, con una producción de entre 27 mil toneladas y 30 mil toneladas anuales.

El interés de las salmoneras por la búsqueda de socios es claro: necesitan capital para seguir creciendo. Después de la crisis del virus ISA, los costos aumentaron, principalmente dada la mayor dispersión de los centros de cultivo. Es así como hoy para producir un kilo de salmón se requiere una inversión sólo en capital de trabajo de unos US$ 2,2, lo que no incluye la inversión para habilitación de los centros. De esta forma, si una empresa quiere aumentar en 25 mil toneladas su producción, deberá invertir unos US$ 3.000 por tonelada, y actualmente algunos no están en condiciones de conseguir ese capital en la banca, por lo que la opción de alianzas o fusiones es la más viable.

Los problemas en los estados financieros
A la espera de la SVS.
Hasta el viernes, la Superintendencia de Valores y Seguros no había dado una respuesta a las salmoneras respecto de si aceptará postergar la inclusión de los nuevos ratios y de la fórmula de cálculo del valor justo de la biomasa que había exigido se incluyeran en los estados financieros de 2011.  El tema no es menor, y los plazos corren. Las salmoneras propusieron al regulador que las nuevas exigencias corrieran para los estados financieros de 2012, además de la creación de una mesa de trabajo para acordar qué ratios ocupar, y cómo llegar al valor justo de la biomasa. Según indican las respuestas de las salmoneras a los oficios de la Superintendencia, estás firmas se han estado reuniendo durante los últimos meses para analizar el impacto de esos nuevos cálculos sobre sus estados financieros.

Las renegociaciones de 2011
No sólo sorpresa provocó la salida a bolsa de Aqua, sino que la operación conllevó además una profunda renegociación de los covenant que los bancos acreedores habían impuesto a la firma, así como a otras, luego de refinanciarlas tras la crisis del ISA.
Pero, no fue la única compañía que lo hizo. Desde mediados de año que salmoneras de mediano tamaño se han estado acercando a los bancos buscando flexibilizar las condiciones financieras, pero también buscando abrir nuevas líneas de capital de trabajo.
Fuentes de la industria señalan que, por ejemplo, Yadrán se habría sentado en diciembre con sus mayores acreedores, Corpbanca, BBVA, Santander y Banco de Chile para pagar su deuda. Según sus estados financieros, a diciembre de 2010 sus obligaciones a largo plazo con la banca llegaba a US$ 59,4 millones.
Por otra parte, la salida a bolsa de Cultivos Marinos Chiloé, por ahora suspendida, también implicó una renegociación, y la liberación por parte de los acreedores de las acciones en prenda.
Así, los bancos liberaron de prohibiciones y gravámenes las 350.000.000 acciones que se pondrían en bolsa, pero, a cambio, la firma se comprometió a que, del total recaudado, entregaría US$ 35 millones a los bancos a fin de prepagar deuda, mientras que el resto de los recursos iría a capital de trabajo.
Según una estimación que la firma entregó a la Superintendecia de Valores, unos US$ 20 millones irían a siembra y alimentación de smolt, y otros US$ 22 millones a equipamiento, centros de cultivo, jaulas, etc.

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