Economista Kirsten Sehnbruch analiza efectos de la carta de reclamo de la UDI al FT por nombramiento de Loncon entre las más influyentes de 2021
Desde Londres, al experta explica cómo se ve esta situación desde el exterior y el escenario político y social que la provoca.
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La semana pasada Financial Times incluyó a la presidenta de la Convención Constitucional (CC), Elisa Loncon, entre las 25 mujeres más influyentes del año que termina. El reconocimiento, sin embargo, no fue valorado de la misma manera en todos los sectores de la vida política nacional, tanto así que el viernes 3, dos diputados de la UDI enviaron una carta al prestigioso medio británico manifestando su desacuerdo con la decisión.
Aunque no han recibido respuesta a su misiva y quienes se acercaron al tema, en Londres, descartan que ello pueda ocurrir; aparentemente sí llamó la atención negativamente y generó preocupación que la política local esté tan polarizada que se llegue al punto de cuestionar una decisión de un medio tan serio como Financial Times. Una de las personas que se mostró extrañada por lo sucedido y captó in situ los efectos de la carta fue la economista Kirsten Sehnbruch.
La experta -British Academy Global Professor, Distinguished Policy Fellow, London School of Economics and Political Science e Investigadora adjunta del Centro de Conflicto y Cohesión Social (COES)- comenta que la carta, de los diputados de la UDI Gustavo Sanhueza y Juan Manuel Fuenzalida, en que manifiestan su desacuerdo con la decisión de Financial Times, resulta preocupante, no sólo por el hecho en sí, sino también por el contexto internacional en que se produce.
Según analiza, situaciones como esta se producen porque "hay un segmento conservador, de todas las sociedades que está reaccionando, porque se siente amenazado por fenómenos que no son sólo políticos, son fenómenos sociales", a partir de los cuales para estos sectores se abrió un espacio "para decir lo que quieran". Y aunque no son grupos con liderazgo claro y definido, salvo algunas excepciones como el caso de Donald Trump en la política estadounidense, en Europa se percibe "como un fenómeno súper peligroso, que pone en cuestión la posición de liderazgo de Estados Unidos, como democracia a nivel internacional", explica la economista.
Chile no ha perdido su reputación
Aterrizando ese fenómeno en Chile, Sehnbruch argumenta que "lo que más se ve con preocupación, en realidad no es sólo Chile, también Perú y Bolsonaro en Brasil, es la polarización de la política. Entonces, el hecho de que tengan un candidato de extrema derecha y uno bien de izquierda preocupa a los mercados, los políticos, a todos". Ello, porque –a su juicio- tanto en un sector como en el otro "hay posturas que se ven con incredulidad. En la izquierda apoyar regímenes como Cuba o Venezuela y en la derecha el legado pinochetista, es igual de fuerte desde la mirada internacional".
Por otro lado, subraya que lo que "tranquiliza" de cara a las elecciones presidenciales chilenas es la composición del Congreso, que como se ha visto quedo prácticamente equiparado en fuerzas políticas. "En el caso de Chile eso, de alguna manera tranquiliza, porque sigue siendo visto como un país estable con instituciones democráticas que funcionan", argumenta.
Y, desde su punto de vista, "ahí es donde se inserta el tema de la Asamblea Constituyente, porque hay suficientes ejemplos de América Latina donde se ven procesos constituyentes muy complicados, que han llevado a constituciones que no han solucionado nada y, además, han servido a los propios intereses de los presidentes que están a cargo", mientras que el proceso chileno se ve como "un contraste a eso".
Ello, porque –según estima- en Chile se ve "una Asamblea Constituyente que está siguiendo al pie de la letra la legislación que la creó y las tareas que se le encargaron" y subraya que "el liderazgo de Elisa Loncon ha sido muy aterrizado. Claro que ha dicho cosas políticas, pero nunca se ha salido del liberto de sus funciones". Según su análisis, "esa es la gran diferencia y lo que hace que esta Asamblea Constituyente sea vista de manera diferente a, por ejemplo, una asamblea constituyente en Bolivia o Venezuela".
E insistió en que "Chile tiene la gran ventaja de haber adquirido, a pesar de estar en América Latina, una reputación de instituciones democráticas y sólidas". Según Sehnbruch Chile no ha perdido esa reputación, "pero este tipo de cartas le hace daño a su imagen".
Daño a la imagen de Chile y al proceso constituyente
Y entrando de lleno en el tema de la elección de Loncon entre las 25 mujeres más influyentes del año, Kirsten Sehnbruch explica que el Financial Times "es un medio liberal, tremendamente influyente y no se equivoca en este tipo de nominaciones, La elección de estas personas se ha basado en procesos muy sólidos de discusión, de consultar a muchas personas que son expertos. El Financial Times no es ningún periódico de izquierda (...), sino todo lo contrario y es un periódico que influye mucho en los mercados financieros", enfatiza.
A partir de esa base, la economista especula que seguramente los diputados no han recibido respuesta a su misiva, "pero el hecho de enviar una carta así parece un poco una broma; porque, primero se la están enviando a un medio muy serio, respetado a nivel internacional, que sabe muy bien por qué eligieron a la señora Elisa Loncon como presidenta de la Asamblea y hacerle llegar una carta como esta, que no está fundada en hechos concretos, es percibido como una broma y también como que si esta derecha extrema se molesta no les va ni les viene".
Y añade que el FT no habría nombrado a Loncon "si este proceso (que ella encabeza) no fuera ejemplar. Y si ella hubiera hecho jugar intereses propios en el proceso, no ha habrían nombrado. Esta es una convención democrática, elegida. Esta fue una elección que mandó a la elite devuelta para la casa y que eso genera un efecto susto lo puedo entender; pero, no por eso se puede ir acusando al alguien que está haciendo una buena pega, en una tarea que es tremendamente compleja y el que lo esté haciendo bien es un tremendo orgullo para el país".
En este sentido, concluye que "el hecho de que el Financial Times la haya nombrado también es un orgullo y mandar cartas de este tipo, con acusaciones basadas en nada, primero, los desprestigia a ellos mismo, pero también es un desprestigio para el país. Daña la imagen del país y del proceso. Por suerte, nadie se lo tomó muy en serio", concluye.