Tiene mucho training en campañas, ya que ha sido presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago, del Colegio de Profesores de Ñuñoa; fue concejala de la comuna durante dos periodos y precandidata a la alcaldía y ahora, Alejandra Placencia empuja su trayectoria más allá, llegando al Congreso en representación del distrito 10 (La Granja, Macul, Ñuñoa, Providencia, San Joaquín y Santiago).
Es profesora de estado en filosofía y ha impartido esta asignatura en la enseñanza pública de Ñuñoa; también se ha desempeñado en la municipalidad de Recoleta, como parte del equipo de la administración municipal. En su aterrizaje en la Cámara de Diputados, la militante del Partido Comunista, adelanta que quiere instalar un sistema de "colegislatura" en que "nuestra labor parlamentaria esté plenamente identificada con lo que son las demandas que surgen desde el territorio".
-Este cargo es distinto a lo que ha hecho antes, entonces, ¿qué sello le gustaría imprimir a su gestión?
-Es muy distinto, pero creo que a la luz de los últimos años hemos visto la necesidad de cambiar la lógica del poder y, en el fondo, permear a la política institucionalizada de lo que significan las demandas que se han levantado a partir del 18 de octubre de 2019, que tienen que ver con un modelo de desarrollo distinto, de justicia social, de derechos garantizados; mejorar la calidad de vida de las persona, en lo concreto. Y para eso queremos instalar la colegislatura. Es decir, que nuestra labor parlamentaria esté plenamente identificada con lo que son las demandas que surgen desde el territorio.
-Dado que fue concejal en una comuna de su distrito, ¿cuáles diría que son los problemas más acuciantes que se podrían solucionar a través de proyectos de ley?
-Hay varias cosas que son muy transversales. Una de ellas, por supuesto, es la urgencia en la mejora de pensiones; mejorar el sistema de salud, son las cosas que en lo cotidiano plantea la diversidad del distrito. Pero también el derecho a la vivienda digna. Hoy día existe un mercado inmobiliario que tiene manga ancha para funcionar. Ha habido una desregulación enorme y la especulación inmobiliaria que ha encarecido mucho el valor del suelo y la posibilidad de acceder a vivienda social en la Región Metropolitana.
-En esos propósitos que se ha planteado a partir de las deficiencias en el distrito, ¿cómo afecta la reducción del gasto en el Presupuesto 2022?
-Por supuesto que es una situación muy compleja; sin embargo, tenemos que buscar la manera de hacer alianzas estratégicas en todos los niveles de la institucionalidad para ir detectando y mejorando estas urgencias que nos van a permitir avanzar.
Alianzas estratégicas
-¿Qué rol debería jugar el sector privado en este proceso de alianzas estratégicas?
-Hay muchas iniciativas; primero está la alianza estratégica dentro de la institucionalidad, alcaldes y alcaldesas; concejales y concejalas; también están los gobiernos regionales, los y las core que tiene que cumplir una labor importantísima en términos de inversión. Y que, por supuesto, las iniciativas de ley que se puedan proponer en el Parlamento tengan esa concordancia. Esa alianza institucional es fundamental...
-¿Y con el mundo privado?
-Desde el mundo privado hay muchas iniciativas que son valiosas y que tienen que ver con, por ejemplo, recuperar el espacio público; hay una inequidad en términos de inversión en el espacio público que es impresionante y hemos visto como se han establecido convenios a nivel local incluso entre municipios y algunas empresas o fundaciones, que han permitido generar una calidad de vida distinta en algunos barrios.
-Mientras era candidato, Gabriel Boric se reunió varias veces en su campaña con el mundo empresarial, ¿qué importancia le asigna a eso?
-Yo creo que el presidente electo tuvo la sabiduría de sentarse a conversar con todos y todas quienes cumplen roles en distintas áreas del desarrollo del país. Y, en ese sentido, creo que el principal avance que podríamos ver es que el mundo empresarial se ponga a disposición de lo que significa buscar un verdadero desarrollo nacional, donde los trabajadores y trabajadoras tengamos la posibilidad de tener una vida digna, un salario decente. Y la discusión ahí por el sueldo mínimo, por ejemplo, o la reducción de la jornada laboral a 40 horas va a ser central.
-Hay un consenso en todos los sectores de que es necesario el crecimiento económico, a su juicio, ¿el crecimiento depende en gran medida de los empresarios o no?
-Vamos a tener que buscar una manera de generar una redistribución del ingreso en que vamos a tener que hacer una reforma tributaria que permita generar una redistribución mucho mayor. Y buscar una manera de que el Estado participe del ejercicio de ciertos roles que hoy día están exclusivamente en manos de la empresa privada. El Estado no puede participar directamente de empresas y esa ha sido una de las demandas que también se ha planteado, porque hay cuestiones que son estratégicas y en las cuales el Estado no tiene mayor injerencia. Entonces, también tiene cambiar la lógica de crecimiento y ahí el mundo empresarial y también el Estado tienen que redefinir su rol.
-A propósito de las necesidades, ¿el proyecto de Pensión Garantizada Universal (PGU) cumple con un objetivo importante?
-Tendría que ver el detalle como para hacer un juicio definitivo, pero creo que todo lo que tenga que ver con mejorar las pensiones es favorable; sin embargo, es insuficiente. Nuestro Presidente electo ha planteado que la pensión mínima debería ser de $ 250 mil y de ahí hacia arriba y eso cumple con un estándar un poco mayor al que está planteando el gobierno. Además, frente al tema de fondo, tenemos que hacer una reforma integral al sistema de pensiones y las AFP tienen que terminar.
Congreso unicameral
-Ha crecido el debate acerca de si se debiera avanzar hacia un Congreso unicameral, ¿qué piensa que sería lo mejor?
-Nosotros hemos promovido, desde hace mucho tiempo, la necesidad de que el Congreso sea unicameral. Las discusiones legislativas, que muchas veces duran años, y las urgencias que tienen, a veces, no son las mismas urgencias de la ciudadanía. Y, principalmente, encontramos trabas en el Senado, aunque es una no la única. Entonces, en esta discusión constituyente tenemos que mirar cómo queremos hacer un Congreso que esté en concordancia y en sintonía con las urgencias que tiene el país.
-En ese contexto, ¿asume que integrará una especie de Congreso de transición?
-Creo que la institucionalidad como la conocemos va a cambiar y así tiene que ser. Espero ser colaboradora del trabajo de la Convención Constitucional y ser el Congreso de la nueva Constitución es una responsabilidad, un orgullo, un desafío, y tenemos que estar a la altura de lo que eso significa. Si el Congreso tiene que cambiar en un plazo menor al que conocemos, por supuesto, que estaré en esa disposición. Y, si no, en el momento que sea pertinente, estaremos también apoyando la reforma que se plantee, desde el Parlamento.
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