María Teresa Vial, presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago: “Las urgencias tienen que ser los problemas de las personas”
Para la presidenta de la CCS, es momento que la clase política, las elites y directivos conecten con las demandas reales de las ciudadanía.
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Como una invitación a reflexionar en lo que se entiende como representatividad, y a poner sobre la mesa las urgencias y problemas de la ciudadanía, interpreta la presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), María Teresa Vial, los resultados del plebiscito.
A su juicio, el tema constitucional se entiende como cerrado, por lo que ahora lo que importa es recuperar el crecimiento y el desarrollo.
“Esto cierra un proceso. Y respecto de ese proceso nadie puede estar contento. Sin embargo, esto también lo veo como una oportunidad para aprender”, afirma.
Aquí, argumenta la dirigenta, “tenemos que empezar a analizar cuáles son los aprendizajes para todo el sector político. Y también volver a preguntarnos qué significa la representación. Algo que me pregunto todo el tiempo y creo que es sano, es si mis socios están conectados con lo que yo estoy haciendo y diciendo”.
“Pensábamos que necesitábamos un nuevo texto constitucional y en todo este tiempo no lo logramos”.
“La gente que sale a trabajar todos los días requiere que quienes están dirigiendo trabajen en solucionar sus problemas, y no solamente con eslóganes y jugando a polarizar más el ambiente político”.
En opinión de Vial, “tenemos que estar más conscientes de la realidad y estar más conscientes de que nosotros representamos intereses de alguien, ya sea políticos de un sector o en mi caso como presidenta de un gremio. Tengo que conocer a los que represento y no creer que los conozco, y para eso tengo que involucrarme de verdad y escuchar activamente, algo que hemos perdido como país”.
- Este segundo rechazo a la propuesta constitucional ¿podría leerse como un voto castigo a la clase política?
- Yo lo interpretaría como una oportunidad para volver a conectarse y para ver cómo realmente se pueden conectar los partidos políticos, la élite y, en general, los directivos, con los intereses de las personas que van cambiando y son cada vez más distintos y más difíciles de leer.
Pero creo que ese ejercicio hay que volver a hacerlo, sin duda.
Tampoco la respuesta es polarizar los mensajes, está claro que eso no es lo que necesita la ciudadanía. Lo que se necesitan son soluciones de fondo, que son mucho más complejas, que necesitan mucho más trabajo.
La gente que sale a trabajar todos los días requiere que quienes están dirigiendo trabajen en solucionar sus problemas, y no solamente con eslóganes y jugando a polarizar más el ambiente político. Está claro que esa no es la solución. Hay temas urgentes ahora.
- Algunos de sus pares han planteado que este desenlace ayuda a disminuir en alguna medida la incertidumbre. Considerando eso, ¿cómo cree que incide este resultado en el ánimo de los inversionistas y los empresarios?
- Creo que estábamos en una especie de compás de espera, y ese compás de espera terminó. Esperamos que todos los actores políticos también cumplan con la promesa que se ha hecho, de que este proceso terminó.
Ahora, hay que buscar nuevas formas, en un horizonte bastante de largo plazo, para ver cómo vamos adecuándonos y avanzamos. Pero el proceso terminó, debemos tener la certidumbre de que el proceso terminó y, por lo tanto, empezar a preocuparnos de la actividad productiva, del consumo, del desempleo; temas que son urgentes y -que la verdad- es que no pueden seguir quedando en un segundo plano.
Foco en empleo
- Cerrado este tema, ¿qué debería venir? ¿Cuáles deben ser las prioridades de ahora en adelante?
- La urgencia tienen que ser los problemas de las personas, pero creo que nos tenemos que preocupar del fondo de los problemas y también de la forma en que nos aproximamos a ellos.
Aquí tenemos claros los problemas, al menos en seguridad, crecimiento, empleo, pensiones y salud.
La gente requiere que se trabaje en esos temas.
En cuanto a la forma, debiéramos utilizar el lenguaje con responsabilidad y llamar a las cosas por su nombre. Los que se asociaron para apoderarse de dineros del Estado para fines particulares, no son fundaciones; los que cometieron delitos tributarios, no son empresarios; y, lamentablemente, un largo etcétera.
El lenguaje no debe utilizarse para generar división.
En el fondo, falta escucha activa de la realidad y generosidad para intentar rescatar valor en las propuestas de otros que buscan soluciones.
En esa búsqueda estamos todos embarcados y, desde este gremio, no nos vamos a cansar de tratar de aportar.
- Y respecto a la agenda, ¿esta debería concentrarse en crecimiento, seguridad, empleo?
- No podemos tener crecimiento si no tenemos seguridad. Ese es un tema muy relevante. Y en seguridad también incorporaría el comercio informal, que silenciosamente va horadando también toda nuestra institucionalidad.
La situación del empleo tenemos que abordarla. Cuando tuvimos nuestro estallido social nos hicimos un compromiso de decir que no podemos volver a dejar a la gente atrás. Pero cuando tenemos que un 8,9% de la población no encuentra empleo, los estamos dejamos atrás, y parece que de nuevo se nos está olvidando el drama que pueden vivir esas familias, esos hogares. Creo que tenemos que poner un foco muy importante en el crecimiento, pero no en el crecimiento porque sí, sino para generar ese empleo que es tan necesario.