De manera incipiente fue el propio Presidente Gabriel Boric quien comenzó a transitar por un camino que, en su ADN, le era ajeno: acercarse al mundo empresarial. Al comienzo de su administración se centró sobre todo en participar en los encuentros más relevantes de los gremios, y también en Enade, en donde incluso estuvo como candidato presidencial, sacando hasta aplausos. Con los banqueros, uno de los pocos gremios con quienes el mandatario no se había reunido, los agendó para el lunes después de las elecciones a constituyentes, el día 8 de mayo. Si bien entre los líderes de las empresas financieras pensaron que por la dura contingencia, iba a suspender la cita, en una señal de que el sector privado es estratégico, Gabriel Boric la mantuvo.
El jefe de Estado sabe que su gestión requiere de distintos apoyos para despachar sus reformas. De ahí que desde hace meses que comenzó a intensificar la agenda con el mundo empresarial: al menos en tres ocasiones se reunió, de manera privada, con el que entonces era el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), el empresario Juan Sutil, con miras a despejar los nudos de la tributaria y la previsional, algunos de los cuales ocurrieron en la casa del ministro de Hacienda, Mario Marcel.
En el Ejecutivo ven más disposición de los “grandes empresarios” a llegar a un consenso que entre los ejecutivos, a quienes perciben mucho más en la trinchera.
Y cuando se complicó el escenario tras el rechazo de la idea a legislar la reforma tributaria, Marcel supo de inmediato que lo que había que hacer era dialogar directamente con el empresariado, de manera que fueran ellos los que convencieran a los parlamentarios de oposición de sellar ciertos entendimientos. Tal como en un momento muy complejo de nuestra historia el mandamás de la CPC y de la Sofofa, Juan Claro, selló un acuerdo pro crecimiento con el ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre -en plena administración de Ricardo Lagos-, “que hizo que el país se fuera como tubo hacia arriba”, dicen en Palacio.
Por lo mismo, mientras públicamente y de manera oficial se debatían distintos temas en los “diálogos tributarios” establecidos por Hacienda, en abril pasado, en donde participaron representantes de la CPC y varias organizaciones PYME, ocurrían al mismo tiempo “conversaciones subterráneas” con grandes empresarios del país, como las de Mario Marcel, dicen fuentes de Gobierno, con Bernardo Matte y Roberto Angelini, los principales accionistas de CMPC y Empresas Copec, respectivamente. Estos encuentros han tenido lugar en la casa del presidente de Codelco, Máximo Pacheco, quien los ha convocado en tres ocasiones, y en donde también ha asistido el presidente y uno de los mayores accionistas del Bci, Luis Enrique Yarur. La última comida fue el lunes pasado con el titular de Hacienda, lo que ha servido para “distender el ánimo y encontrar un espacio distinto para que se escuche la voz de los empresarios”, dice uno de los comensales.
En el Ejecutivo, de hecho, ven más disposición de los “grandes empresarios” a llegar a un consenso que entre los ejecutivos, a quienes perciben mucho más en la trinchera, resistentes a cualquier tipo de cambio tributario.
De hecho, desde Presidencia señalan que comparten el diagnóstico de los empresarios, en tanto es el momento de cerrar discusiones y dar certezas para los próximos años, cuestión que en el sector reconocen, si bien insisten “que no es cosa de consensos a tontas y a locas, sino que debe tener sentido y apuntar a medidas concretas que incentiven la inversión y el crecimiento”.
Eso comenzó a delinearse de manera más fina esta semana a partir de las conversaciones que ayer sostuvieron representantes de las ramas de la CPC y el ministro Marcel, en donde los líderes gremiales se sintieron sorprendidos de la disposición del Ejecutivo a “ceder” en ciertos temas que para el empresariado son primordiales. Por ejemplo, la disponibilidad que habría hoy para dejar bajo la mesa el impuesto a los altos patrimonios y el que graba las utilidades retenidas, y en donde cualquier pacto tributario posible tendrá desde ahora un apellido: con crecimiento.
Facilitadores del diálogo
En el Gobierno recalcan que ven muchas más vacilaciones en el diverso mapa político dentro de la oposición hoy y, por lo mismo, esperan que el mundo empresarial juegue un rol relevante en estos momentos que el propio Presidente Boric ha llamado a generar un compromiso con una nueva reforma tributaria, cuestión que con insistencia señaló en la cuenta pública pasada. Allí también hizo evidente que conversa con la presidenta de Icare, Karen Thal, a quien mencionó directamente en su discurso, a propósito del proyecto para eliminar listas de espera en los hospitales -una iniciativa trabajada con la CPC y la ACHS-, a la que el mandatario le puso ojo cuando se enteró del mismo en Enade de abril.
Thal, dicen desde Palacio, junto con Miguel Crispi, jefe del segundo piso, han sido facilitadores para que se generen diálogos entre Marcel y Boric con los empresarios, instancias en las que también han participado parlamentarios de gobierno y oposición, algo estratégico, porque ya hay varios diputados y senadores que ven con suspicacia el que los acuerdos se generen fuera de la sede democrática, o sea en el Congreso.
En uno de los últimos encuentros en Icare, por ejemplo, se discutió con profundidad las diferencias que el sector privado sostenía con el Gobierno en su approach a las mediciones de la OCDE en la relación de Chile y otros países.
En Palacio saben que la interlocución con el empresariado hoy, después del triunfo de Republicanos y de la dificultad que Chile Vamos tiene para llegar a acuerdos con el Ejecutivo, es más importante que nunca. Por eso, la instrucción del Presidente ha sido clara y directa: les ha señalado a los ministros que hay que hacer todos los esfuerzos e incluso ceder en materias relevantes para llegar a entendimientos. Eso lo sabe bien la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, quien ha sido otra de las importantes interlocutoras con el empresariado.
No sólo se reunió en múltiples ocasiones con Juan Sutil, mientras era líder de la CPC. También se encontraron en Palacio el viernes justo después de las elecciones a constituyentes -en la cual Sutil perdió su puesto en la mesa por la paridad-, pues él es un “negociador en las sombras”, importante puente con el sector, también para el ministro Marcel.
En las últimas semanas, la titular del Trabajo ha conversado con varios de los más importantes dueños de empresas, y se reunió con los representantes de las distintas ramas de la CPC, en la sede del empresariado en Providencia. Uno de los comensales recalca que el encuentro, que se concretó hace un mes, comenzó de manera tensa, pero al final se logró conversar, si bien en el sector privado consideran que la ministra sigue siendo demasiado dura en las actuales circunstancias, lo que hace complejo poder avanzar.
En este mismo periodo, la ministra asistió a una comida en la casa del diputado Francisco Undurraga, en donde participaron varios parlamentarios de oposición que intentaban acercamientos en materia previsional, si bien hoy ellos mismos ven con dificultad un entendimiento tanto en el tema pensiones como también en alcanzar un acuerdo tributario.
Pero el mandatario no se da por vencido: hoy agendó al mediodía una reunión privada con el presidente de la CPC, Ricardo Mewes, la cual fue solicitada directamente desde Presidencia. Y en los próximos días hará lo propio con la nueva presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro, con quien dicen en La Moneda, le interesa tender puentes.
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