La ministra Camila Vallejo ante los dos años de Gobierno: “Siempre es más fácil ser oposición”
La vocera analiza el aprendizaje de haber llegado a La Moneda, descarta hablar de candidaturas presidenciales, defiende la importancia del crecimiento y el flexibilizar posturas para lograr la reforma de pensiones y el pacto fiscal.
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A 24 meses de la llegada a La Moneda del Presidente Gabriel Boric, la ministra secretaria general de Gobierno, Camila Vallejo (PC), hace un balance de los logros y también de los desafíos pendientes, afirmando que la búsqueda de acuerdos para aprobar las reformas de pensiones y pacto fiscal no implica renunciar al compromiso de lograr una mejor calidad de vida para los pensionados y para allegar más recursos para financiar derechos sociales.
Nos recibe en La Moneda antes de viajar a Viña del Mar en su calidad de ministra de enlace de la reconstrucción de las zonas afectadas por los incendios en febrero, como lo ha hecho todas las semanas desde que hace casi un mes cuando fue nombrada en esa calidad.
“Si fue tan mala la experiencia con nosotros siendo oposición, por qué repetir lo mismo, la gente no quiere que la política caiga en la dinámica de las venganzas, del ojo por ojo y nos quedamos todos ciegos”.
“El tener acuerdos no implica perder la capacidad de transformar para bien la realidad”.
“No hay mayor interés para nosotros, siendo de izquierda, que la economía vuelva a dar brotes verdes”.
- Se van a cumplir dos años de Gobierno, ¿era más fácil ser oposición?
- Siempre es más fácil ser oposición, porque el estar en el Gobierno implica una responsabilidad con un poder del Estado que tiene que ejecutar y resolver, y no solamente diagnosticar o determinar los problemas. Efectivamente, el Poder Ejecutivo desafía a mejorar mucho más las capacidades de gestión de una política pública.
De mi experiencia en el Congreso, nunca se trató solo de establecer críticas, sino que también de establecer propuestas legislativas. Y gran parte de eso se ha ido recogiendo también en este Gobierno. Un elemento central son las 40 horas, pero a grandes rasgos, independientemente de las particularidades de lo que fue mi experiencia o la experiencia conocida en el Parlamento, es que el Ejecutivo impone desafíos y responsabilidades mucho mayores que el Poder Legislativo.
- Hoy critica el oficialismo a la oposición de ser muy dura y obstruccionista, pero ustedes también fueron muy duros en su momento, cuando eran parlamentarios…
- Cuando nosotros fuimos oposición, la principal crítica estuvo centrada en el tratamiento del estallido social, en todos los crímenes y violación a los derechos humanos que se cometieron durante el estallido social. Hubo críticas también frente a la incapacidad de generar una propuesta tributaria que fuera progresiva y no regresiva. Fueron críticas políticas sustentadas y siempre bajo los mecanismos democráticos con que contábamos.
Sí hubo algunas críticas no suficientemente ponderadas. Es parte de las cosas que nosotros dentro del Gobierno hemos hablado con el Presidente y que él ha dicho públicamente. Pero lo que estamos viendo hoy es que cuesta mucho con la oposición llegar a acuerdos sobre la base de propuestas que son ponderadas (…) Hay una idea desde algunos sectores de la oposición de que todo está mal, de que todo ha empeorado, cuando en nuestro Gobierno hemos logrado, por ejemplo, hacer que la economía se vaya normalizando, que la inflación vaya bajando y que estamos con una agenda de seguridad histórica en materia de proyectos de ley aprobados (…).
Si según la actual oposición, fue tan mala la experiencia con nosotros siendo oposición, por qué repetir lo mismo. La gente no quiere que la política caiga en la dinámica de las venganzas, o sea, ojo por ojo y nos quedamos todos ciegos; pero el país no va a avanzar así.
“No es nuevo que el Gobierno flexibilice y ceda”
- Al completarse la mitad del período de gestión, ¿qué tan lejano de cumplir está el compromiso de ser un Gobierno transformador?
- Se confunden los temas cuando uno tiene una mirada en blanco y negro. El tener acuerdos no implica perder la capacidad de transformar para bien la realidad. Por ejemplo, hablamos de que este año empieza a implementarse la jornada de 40 horas y empieza la primera reducción de jornada laboral. Y eso surgió de un acuerdo difícil, que parecía imposible, pero fue posible (…), es parte de una agenda transformadora.
Otro ejemplo es el royalty minero, proyecto que logramos sacar con acuerdos y teniendo que ceder; o el salario mínimo, que nadie pensaba que podíamos llegar a $ 500 mil, ni siquiera a finales de este Gobierno y lo sacamos dos años antes de lo esperado.
Si llegásemos además incluso a aprobar la reforma de pensiones, con todo lo que hemos cedido, también vamos a estar transformando el sistema previsional y pasar de un sistema de ahorro forzoso de capitalización individual, de un sistema extremo, a uno de real seguridad social, aunque no todo el 6% vaya al seguro social.
- ¿Eso quiere decir que ya no habrá líneas rojas en esta búsqueda de alcanzar acuerdos para reforma de pensiones y pacto fiscal?
- No es nuevo que el Gobierno flexibilice y ceda. Esto lo venimos haciendo desde el día uno, porque cuando llegamos al Gobierno sabíamos que el Parlamento no tenía una mayoría oficialista y eso predecía que íbamos a tener que dialogar mucho y generar acuerdos donde el Ejecutivo iba a tener que ser capaz de ceder.
Ya en el pacto fiscal, por ejemplo, el impuesto al patrimonio, el impuesto a las grandes fortunas no está contemplado -como originalmente- en la reforma tributaria.
Hemos incorporado medidas adicionales también que se han ido solicitando a través del diálogo, tanto con la oposición como con el mundo empresarial o sindical (…).
- ¿Y cómo se consiguen los votos en el caso del impuesto a la renta, donde ya la DC y la oposición dicen que están en contra de un alza?
- Aquí está el Ministerio de Hacienda en un proceso de diálogo con una comisión técnica que se creó hace mucho tiempo para recoger y analizar distintas propuestas. Todavía esto no está en momento de ser votado ni de presentarse indicaciones. Lo primero que tenemos que destrabar es el mecanismo para poder garantizar el cumplimiento tributario, donde vienen normas antielusión que están sobre la mesa y tienen que votarse.
Respecto al impuesto a la renta, todavía se están recogiendo distintas propuestas y lo importante para nosotros es que el aumento se concentre en las personas con mayor ingreso y no terminemos en una lógica que finalmente pueda afectar a los sectores de ingresos medios.
- ¿Pero la DC y oposición señalan que aumentar el tributo para los sueldos de $ 3,2 millones mensuales puede afectar a los jóvenes profesionales y a la gente de clase media que tienen un solo ingreso por hogar?
- La clase media aquí queda fuera totalmente. Nosotros creemos que la carga que se ha hecho a la clase media en materia de endeudamiento, en materia de falta incluso de políticas sociales, hace no solamente tener la convicción, sino que querer asegurar que nos concentremos no en los sectores medios, sino que los sectores de más altos ingresos y, por lo tanto, las fórmulas que tenemos que resolver, acordar, y así lo planteamos desde un inicio, es que podamos aumentar los impuestos a la renta a las personas que más más tienen. Eso es lo que se va a discutir. Por ahora lo único que ha sucedido es que la conversación está recabando distintas propuestas y está estudiando distintos mecanismos, porque hay un equipo técnico que se conformó ya hace bastante tiempo para avanzar en esta materia.
“El Gobierno no está concentrado en las próximas elecciones”
- A raíz del caso del secuestro y asesinato del exmilitar venezolano Ronald Ojeda, el Presidente habló de un anticomunismo visceral y usted compartió esos dichos. ¿No cree que eso desvía al Gobierno de las preocupaciones de la gente?
- El desvío vino cuando algunos utilizaron políticamente el caso Ojeda, que es un caso gravísimo, que al Gobierno no solamente lo tiene preocupado, sino que ocupadísimo desde el primer momento en que el Presidente se reunió telemáticamente con el canciller, con el Ministerio del Interior para instruir y ordenar algunas tareas para enfrentar esto (…).
Estamos hablando de un secuestro y lo que hace el Presidente es poder reforzar lo que son sus compromisos democráticos, porque el estar persiguiendo políticamente, cuestionando o inhabilitando a un sector político, porque piensa distinto a la derecha, es un comportamiento antidemocrático y ya lo hemos vivido en Chile.
- ¿Cree que existe en Chile un anticomunismo?
- Sí, lo he vivido desde el 2011 como dirigente estudiantil. Totalmente, es para una reflexión de dónde viene y por qué se sostiene, pero de que existe, existe. Cuando el debate democrático no es sobre argumentos y razones, sino que solo sobre fantasmas y prejuicios, que muchas veces son proyecciones de lo que las propias personas que critican o enjuician acusan
Pero el tema central es cómo construimos democracia y cómo damos el debate los sectores políticos frente a quienes piensan distinto a uno.
- Ya va a venir el proceso electoral presidencial, ¿cree que la próxima elección ya está jugada considerando que las encuestas indican que la actual oposición corre con ventaja?
- El Gobierno no está ni concentrado ni menos pensando en las próximas elecciones, porque nuestra tarea de gobernar tenemos todavía muchas cosas por delante y entendemos que los partidos hoy están en ese proceso. Me preguntaban hace poco ‘¿hacia dónde se entrega la banda presidencial?’, eso no lo determina el Gobierno, lo va a determinar la gente con su voto. Pero insisto, nuestra prioridad es otra, como dijo el Presidente ministros, ministras, subsecretarios a concretar, porque para eso nos eligió la gente.
- Su nombre siempre figura en la lista de los posibles candidatos presidenciales…
- Las encuestas son las encuestas, pero nuestra tarea es de ministros de Estado. Nuestro trabajo, nuestro compromiso, nuestra responsabilidad, es trabajar como ministros de Estado del Presidente Gabriel Boric.
“Se instaló un mito de que nuestro Gobierno no tenía interés en el crecimiento”
- ¿Que el tema del crecimiento aparezca como una prioridad para el Gobierno es una señal de que también escucha que era lo que al principio se le criticaba?
- Es que se instaló un mito de que nuestro Gobierno no tenía interés por el crecimiento económico y, muy por el contrario, somos un Gobierno progresista, uno que sabe y entiende muy bien la importancia del desarrollo económico para mejorar las condiciones de vida de las familias trabajadoras.
Siempre fue parte de la agenda, lo que pasa es que tanto la agenda de seguridad y la agenda económica han implicado ir haciendo refuerzos, porque en eso consiste gobernar (…).
No hay mayor interés para nosotros, siendo de izquierda, que la economía vuelva a dar brotes verdes, y que esos brotes puedan estar tanto en la Región Metropolitana como de Arica a Magallanes (…).
Uno de los temas de mayor interés nuestro fue la creación del gabinete pro crecimiento y empleo y la decisión de que este funcionara a nivel regional para que la economía no fuera una discusión solo de oficina.