Hola, buenas tardes, ¿don Héctor Llaitul? Una crisis en La Moneda a 10 días del plebiscito
El episodio abre una batería de preguntas al gobierno. El PPD dice que la ministra Jeannette Vega cumplía el mandato del Ejecutivo. Y difícilmente juegue a favor del oficialismo de cara al referéndum.
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No estaba en los planes del Presidente Gabriel Boric hacer cambios en su equipo antes del plebiscito del 4 de septiembre. Pese a la evidencia y a las presiones por reemplazar a la ministra del Interior, Izkia Siches, y a su ministro de la Segpres, Giorgio Jackson, entre otras piezas, el mandatario había optado por esperar el referéndum para el cambio de gabinete, que le será indispensable para enfrentar la etapa que viene, sobre todo de ganar el Rechazo, como anuncian las encuestas.
Pero en cosa de horas el escenario ha cambiado.
La detención de Llaitul el miércoles, informada por la Fiscalía, podría haber beneficiado al gobierno y, de paso, al Apruebo. La Región de La Araucanía, el epicentro del conflicto, fue una de las zonas del país que en mayor medida apoyó a José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial contra Boric: un 60,14% contra un 39,86%. Actualmente, esta región está por rechazar una nueva Constitución, un 54% contra un 32%, según una reciente encuesta de Panel Ciudadano UDD.
El episodio abre una batería de preguntas al Gobierno y difícilmente juegue a favor del oficialismo de cara al referéndum.
Con el tema de seguridad pública como principal prioridad de la ciudadanía –un asunto que Boric ha dicho comprender, según dijo en televisión el domingo–, la detención de Llaitul podría haber sido utilizada políticamente en favor de La Moneda y de su opción ante el referéndum.
La respuesta del Gobierno, sin embargo, parece haber tomado por sorpresa a La Moneda, al menos a juzgar por la tardanza en la reacción (unas tres horas entre el arresto y la reacción de la ministra Siches). ¿Interior estaba en conocimiento -como evidentemente tiene que ser ante un hecho político de tal magnitud– de lo que ocurriría en esa jornada, entre otros asuntos porque la detención del líder de la CAM presumiblemente sería seguida de una serie de nuevos atentados? ¿Estaba alerta La Moneda? Todo parece indicar que el Gobierno no supo el lugar en el que instalarse respecto de la detención de Llaitul. En definitiva, La Moneda no tenía una posición clara –al menos no una posición única– con respecto al arresto.
Pero el “caso telefonazo”, de cualquier forma, hizo decantar la realidad política.
El Presidente tuvo que sacar a la ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega, por el descriteriado llamado a Héctor Llaitul en el tema de mayor complejidad que hoy enfrenta Chile, el de La Araucanía. El episodio abre una batería de preguntas que el Ejecutivo debería intentar contestar a la brevedad, justamente en la recta final de camino al plebiscito. ¿Quién dio la orden de llamar a Llaitul? ¿Estaba la ministra al lado de la asesora en el momento del telefonazo? ¿Se concretó la comunicación en aquella jornada, vía WhatsApp, como exigió el propio Llaitul? ¿Para qué se le estaba ubicando, para negociar? ¿Ha negociado este gobierno con el líder de la CAM o con otros de sus integrantes? ¿estaba al tanto el presidente Boric de estas conversaciones? ¿Y la ministra del Interior, sabía de estos intentos? ¿Cuándo se enteró Siches de que la PDI tenía un informe que consignaba estaba llamada? ¿Se enteró por Exante? ¿El Gobierno se enteró del telefonazo por la prensa?
La llamada del Ministerio de Desarrollo Social a Llaitul deja al descubierto diversos asuntos: desconocimiento, ingenuidad, falta de preparación y, sobre todo, cierta irresponsabilidad a la hora de tratar asuntos de tal nivel de complejidad como la violencia en La Araucanía (algo similar a lo ocurrido en marzo con la visita de Siches a la comunidad Temucuicui).
El tipo de contacto incluso desconcertó al líder de la CAM, según el diálogo del 11 de mayo reproducido por Exante entre la asesora, la periodista Tania Santis, y Llaitul.
- Héctor: Aló.
- Tania: Hola, buenas tardes, ¿don Héctor Llaitul?
- Héctor: Sí, con él.
- Tania: Hola, mi nombre es Tania Santis, yo trabajo con la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega.
- Héctor: Ya…
- Tania: Ella me pidió (ver) la posibilidad de contactarlo y ver la posibilidad de poder tener una conversación en este momento con usted, por teléfono.
- Héctor: A ver, a ver, a ver, ¿y cómo consiguió mi número?… ¿Usted o la ministra?
- Tania: Ah, le pregunté a una persona que conocía yo en la zona, pero nada especial, no…
- Héctor: Me entrega ese dato, me habla por WhatsApp y ahí lo veo.
Ya, perfecto. Cómo no. Gracias.
Al momento del llamado desde su ministerio, Vega –militante PPD y de extrema confianza de Siches, por sus lazos en el Colegio Médico– era coordinadora interministerial en el tema mapuche. Lo era luego de que la propia ministra del Interior quedara debilitada por el atentado que sufrió en su visita al sur, a tres días de asumir el cargo.
El episodio abre una batería de preguntas al Gobierno y difícilmente juegue a favor del oficialismo de cara al referéndum. El propio PPD anoche salió a aclarar que la ministra Vega “estaba llevando adelante la orientación” de La Moneda: “Relevamos que su única intención fue cumplir el mandato del Ejecutivo en cuanto a dialogar con todos los actores, en momentos en que el planteamiento del gobierno era que no se podían enjuiciar las ideas”, recordó la presidenta de la colectividad, Natalia Piergentili, en un mensaje que fue replicado en redes sociales por dirigentes como el senador Ricardo Lagos Weber.
El caso parece una bola de nieve. Una bola de nieve que llega en el momento menos indicado para el gobierno y, por lo tanto, para el Apruebo. Mientras, La Araucanía y las regiones aledañas están en estado de alerta.