Ni mayo ni junio: Santander se matricula con julio para primera baja de tasas
En el escenario más probable la entidad financiera estima que habría bajas sucesivas del tipo rector de magnitud relevante -entre 75 pb y 100 pb-, que llevarían la TPM hasta niveles de 7,75% a fines de año.
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Un retraso en el recorte de la tasa de interés de política monetaria desde el segundo hacia el tercer trimestre estimó el Banco Santander en su informe sobre el panorama económico mensual correspondiente a marzo.
Lo anterior, en el entendido que desde la última reunión para analizar el curso del tipo rector del Banco Central en enero -cuando ratificó la TPM en 11,25%-, la actividad real ha sorprendido al alza y el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subyacente “ha estado algo por sobre lo esperado, en un contexto donde, además, las perspectivas inflacionarias globales han subido”.
Es decir, un escenario algo distinto con el cual partió el año, que incluía la percepción de una economía local débil y las proyecciones de mercado apuntaban a que la reducción de los precios internacionales y la significativa apreciación del tipo de cambio ayudarían al descenso rápido de la inflación. Ello, en suma, daba espacio a una reducción del tipo rector en abril o mayo.
Pero de cara a la próxima reunión -prevista para el 4 de abril-, el instituto emisor sólo contará con un dato más de actividad, que será el Imacec de febrero; mientras que el IPC de marzo, que será relativamente elevado por factores estacionales, no se conocerá para esa fecha.
Dado esto, la entidad considera que el consejo optará por mantener la TPM en su nivel actual.
Por lo demás, advierten que en el Informe de Política Monetaria (IPoM), que se conocerá al día siguiente de la reunión, subirán las proyecciones de crecimiento e inflación para el año. Dado ello, es probable que el corredor para la TPM también se revise hacia arriba.
Así, durante el tercer trimestre los datos confirmarían que la economía está débil, el mercado laboral mostraría un deterioro mayor y la inflación habría descendido por debajo de 10%. “Las expectativas inflacionarias ya se han ajustado a la baja y algunas medidas basadas en encuestas están de regreso en la meta de 3%. La reciente agitación financiera y el cambio en las perspectivas para las tasas globales son elementos aún en desarrollo que agregan incertidumbre a la decisión de política”, plantean en el reporte.
En el escenario más probable Santander ve la primera flexibilización monetaria en la reunión de julio. Posteriormente, habría bajas sucesivas de magnitud relevante -entre 75 pb y 100 pb-, que llevarían la TPM hasta niveles de 7,75% a fines de año.
¿Qué podría cambiar el escenario? “Esta trayectoria cambiaría significativamente si se aprueba un nuevo retiro de fondos de pensiones y/o se agudizan las tensiones financieras internacionales. La incertidumbre elevaría las primas por riesgo y depreciaría la moneda, lo que -en un contexto de mayor impulso a la demanda agregada por la nueva inyección de liquidez-, haría que la inflación fuera más persistente retrasando aún más el proceso de normalización monetaria”, precisa el informe.