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Marcel, navegando en un año lleno de sorpresas

Gonzalo sanhueza director econsult rs capital

Por: | Publicado: Martes 5 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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El nuevo presidente del Banco Central, Mario Marcel, lleva un año en su cargo y demostró toda su capacidad para navegar en aguas turbulentas, enfrentando un Consejo dividido en materia de política monetaria y un escenario económico cambiante.

En efecto, el diagnóstico del BCCH a fines de 2016 era que el país crecería 1,5-2,5% durante este período, y que la inflación se situaría en 2,9% a diciembre 2017, en medio de un escenario interno y externo más favorables. En su escenario base, la demanda interna mejoraría 2,6% y la inversión 0,7%. Esto, en un contexto en que el precio del cobre se ubicaría en US$ 2,35, el banco realizaría dos reducciones de 25 puntos base y el tipo de cambio real se depreciaría gradualmente. Sin embargo, a corto andar fue encontrándose con sorpresas que dificultaron su manejo de la política monetaria. Ya en su reunión de enero se identificaron sorpresas a la baja en inflación y actividad, ante lo cual se redujo de forma unánime la tasa en 25 puntos base con sesgo expansivo, el que se mantuvo hasta la reunión de mayo. Nuevos recortes de 25 puntos base se realizaron en marzo, abril y mayo, este último con voto de minoría del consejero Vial por mantener la tasa en 2,75%.

En junio, el banco redujo su proyección de crecimiento a 1,0%-1,75%. Los supuestos del escenario base consideraban que la política monetaria se mantendría expansiva a lo largo de todo el horizonte de proyección (2,5% a un año). Sin embargo, al presidente Marcel no le tocó tan fácil ya que no existía consenso en este tema. Es así como en las reuniones de julio y agosto el consejero Pablo García votó por bajarla 25 puntos base adicionales. Efectivamente, en la reunión de agosto, nuevos antecedentes sugerían que habría aumentado el riesgo de una recuperación más lenta, como una percepción de mayor debilidad en la construcción, y una excesiva acumulación de inventarios, a lo que se sumaba la apreciación del peso, que podía estar reflejando perspectivas de mayor solidez de la actividad en el futuro, pero que en un contexto de sorpresas a la baja en la inflación debía ser considerado con cuidado.

Para seguir complicándole el panorama al BCCH tuvimos la sorpresa deflacionaria de septiembre (la inflación fue -0,2% cuando el mercado esperada 0,3%), lo que reavivó el debate sobre la dirección que debería tomar la tasa de interés de política monetaria en Chile. Ex presidentes y consejeros salieron a recomendarle al instituto emisor que bajara la tasa, llevándola a 2% en el corto plazo. El Grupo de Política Monetaria, al que pertenecía hasta hace poco, recomendó colocar un sesgo expansivo y un voto de minoría estaba por bajarla.

Ante esto, en su reunión de octubre el Consejo resistió las presiones, pero se hizo cargo de la sorpresa inflacionaria con un sesgo expansivo. Nuevamente una sorpresa en octubre, pero para el otro lado, ya que la inflación aumentó 0,6%. Con esto, los riesgos a la baja para la inflación serían menores, pero seguían siendo mayores que los riesgos al alza.

Y efectivamente, el último IPoM nos corrobora que fue un año lleno de sorpresas y difícil de prever. En el 2017 el Banco Central espera que el país crecerá 1,4%, la inflación se situará en 2,1% a diciembre 2017, la demanda interna crecerá 3,1% y la formación bruta de capital fijo disminuirá 2,5%. La sorpresa positiva ha sido que el precio del cobre ha aumentado más de lo previsto. Además, el tipo de cambio real se ha apreciado cerca de 2% en lo que va del año.

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