El desarrollo y rápida masificación de la inteligencia artificial (IA) ha levantado interrogantes sobre qué impactos macroeconómicos podría generar esta tecnología en los próximos años.
Pese a que no existe un consenso de parte de los expertos, sí hay distintas estimaciones desde el mundo público y privado sobre los efectos que puede tener la IA en el crecimiento. Eso es lo que buscó responder Bci Estudios en su último informe especial.
El reporte, elaborado por los economistas Sergio Lehmann, Francisca Pérez, Antonio Moncado, Juan Ángel San Martín e Isidora Undurraga, recoge distintas estimaciones realizadas por distinguidas instituciones privadas y expertos.
El académico del MIT y Premio Nobel de Economía, Daron Acemoglu, estima que el 20% de las tareas laborales en Estados Unidos están expuestas a IA y que el 23% de las tareas realizadas en computador pueden ser realizadas de forma rentable por la IA. Para el resto de las tareas, los costos de la utilización de dicha tecnología superarían a los beneficios.
Acemoglu prevé aproximadamente un 0,064% de aumento anual de la Productividad Total de Factores (PTF) gracias a la IA. Para EEUU, el autor proyecta un efecto en el crecimiento del Produnto Interno Bruto (PIB) de entre 0,93% a 1,16% en los próximos 10 años.
Por otro lado, McKinsey Global Institute sugiere que la IA generativa supondría un impulso de entre US$ 17,1 billones y US$ 25,6 billones (millones de millones) para la economía mundial, calculando un aumento de entre 1,5 a 3,4 puntos porcentuales de media anual del PIB en economías avanzadas en la próxima década. En tanto, la automatización de tareas podría elevar el crecimiento anual de la productividad hasta un 3,4% entre 2023 y 2040.
Goldman Sachs, por su parte, proyecta un aumento de 7% en el PIB mundial, equivalente a US$ 7 billones, y un incremento de 1,5% anual en el crecimiento de la productividad de EEUU en un período de diez años. A su vez, PwC calcula que el impacto global de la IA sería de cerca de US$ 12 billones hacia 2030.
Chile y la región
Capital Economics señala que la implementación de la IA implicará un impulso en productividad del trabajo algo más tardío en economías emergentes como Brasil, India, y los tigres asiáticos. Estos observarían un mayor crecimiento de su productividad laboral a mediados de la década de 2030. Y plantean que América Latina sería la región menos impactada económicamente por la IA.
Según un índice de preparación ante la IA elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), para el caso de Chile este supera el promedio de los mercados emergentes, con cerca de un 45% del empleo total altamente expuesto a la IA. Entre mayor exposición, mayor la preparación del país.
Ambas mediciones ponen a nuestro país por encima de economías comparables y lo aproxima a algunas economías avanzadas.
A nivel local, el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (Cenia), en su Índice Latinoamericano de IA (ILIA) 2024, ubica a Chile como líder en la región. De 100 puntos, obtiene 73,1. Ello sugiere que cuenta “con un entorno favorable que potencia la investigación, el desarrollo y la adopción de tecnologías”, dicen desde Bci Estudios.
Al mismo tiempo, las herramientas de IA generativa podrían acrecentar los niveles de productividad de las tareas realizadas por los cerca de 5,7 millones de personas que se encuentran en la fuerza laboral en Chile. Así, se prevé un impacto de este aumento en eficiencia con un potencial de incrementar el PIB en 1,2 puntos en los próximos años.
“Chile se posiciona como pionero en la adopción de IA, y ha trabajado para elaborar sólidas bases para elevar su impacto en los procesos productivos y conseguir acrecentar su impacto sobre el crecimiento”, dice el reporte del banco.
El país también “cuenta con un sólido desarrollo y adopción de esta tecnología, lo que junto a un marco regulatorio contenido en la Política Nacional de Inteligencia Artificial, permitirá hacia los próximos años obtener innegables resultados positivos en términos macroeconómicos”, cierran los economistas.