Capital Economics vuelve a alertar por déficit de cuenta corriente de Chile y prevé que cerrará el año en 8% del PIB
La consultora británica estima que el peso rondaría los $ 950 a fines de 2022, y advierte que una moneda más débil “ejercerá una mayor presión al alza sobre la inflación”.
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“El déficit de cuenta corriente de Chile parpadea en rojo” fue la advertencia de Capital Economics a mediados de junio. Ahí, la consultora estimaba que el indicador terminara este año en 7% del Producto Interno Bruto (PIB), luego de conocerse que en el primer trimestre había trepado a 7,4%, desde el 6,6% que acumuló en 2021.
Pero la preocupación se profundizó: luego de que al segundo cuarto del año el déficit escalara a 8,5% del PIB, la firma británica prevé que el indicador cierre este año en un “enorme” 8%, lo que Kimberley Sperrfechter, analista para Chile, calificó como “preocupantemente amplio”.
Otra inquietud para la consultora británica es la forma en que se financia el déficit de cuenta corriente, dada la ralentización de la inversión extranjera directa.
La economista planteó que el deterioro se debe, en gran medida, a la degradación de los términos de intercambio de Chile, como consecuencia del desplome del precio del cobre y de que las importaciones energéticas se han disparado por la guerra en Ucrania. Esto elevó el déficit comercial a 3,5% del PIB el trimestre pasado, desde el 1,8% del cuarto anterior, y Sperrfechter duda que la relación de intercambio mejore en lo que queda de año.
También explicó que los volúmenes de importación deberían caer a medida que la economía nacional se debilita, y en paralelo las exportaciones “lucharán” mientras el crecimiento mundial y el mercado inmobiliario chino se desaceleran.
Otra inquietud para Capital Economics es la forma en que se financia el déficit de cuenta corriente. La analista recordó que antes Chile dependía de los ingresos “relativamente estables” de inversión extranjera directa, que se han ralentizado “en medio de la incertidumbre política en el período previo a la elección del Presidente de izquierdas Gabriel Boric, así como la redacción de la nueva Constitución”.
Ahora, “Chile ha pasado a depender de una inversión de cartera más volátil”, alertó, pero destacó que aunque los ingresos se redujeron en el segundo trimestre, “siguieron siendo elevados en comparación con el pasado”.
Golpe al peso
La economista señaló que “el resultado es que el tamaño del déficit por cuenta corriente y la fuente de financiamiento hacen que el peso sea muy vulnerable a una pérdida de apetito por el riesgo de los inversionistas”, ya sea por factores internos o externos.
Precisó que, dada la “fragilidad” de la posición exterior y la mayor incertidumbre sobre la nueva Constitución, la moneda local treparía hasta $ 950 a fin de año, con riesgos que se inclinan “firmemente” hacia una mayor depreciación.
La consultora ve tres implicancias “clave” en caso de que el peso se siga depreciando.
La primera sería un aumento del costo de los bienes importados, sobre todo energía, lo que “ejercerá una mayor presión al alza sobre la inflación”. También supondría una presión adicional para que el gobierno proteja a los hogares de los precios más elevados, “lo que podría poner en peligro sus esfuerzos de consolidación fiscal”.
Además, consideran que es “probable” que el Banco Central mantenga su política monetaria agresiva, que hasta el momento “sugiere que se toman en serio la necesidad de frenar la inflación”, destacó la economista. Esto la lleva a estimar que en octubre el tipo rector subirá hasta 11%, y que la política “se mantendrá estricta durante más tiempo de lo que la mayoría prevé actualmente”.
La alta inflación y la política monetaria restrictiva llevarían a que la demanda interna y las importaciones se debiliten y, tras el estancamiento del segundo trimestre, la analista ve probable que la economía entre en recesión este segundo semestre. “Se trata de un ajuste necesario dado que la economía funciona actualmente por encima de su potencial y contribuirá a equilibrar la balanza de pagos”, destacó.
La tercera consecuencia sería que “las fuertes caídas del peso harían subir el valor en moneda local de las deudas en divisas”, la que actualmente es “elevada” en Chile: en torno al 90% del PIB y la mayor parte de esta deuda se emite en el exterior, según los cálculos de Capital Economics.
La firma planteó que, si bien la deuda soberana en divisas ha aumentado en la última década, solo representa alrededor de un cuarto de la deuda pública total, o cerca de 10% del PIB. Esto implica que una depreciación del peso no elevaría la relación deuda pública/PIB “de forma drástica”, y que “el mayor riesgo proviene de la política fiscal relajada”.
“Aunque el gobierno se ha comprometido a cumplir con la consolidación fiscal, dudamos que sea suficiente para evitar que la relación deuda pública/PIB aumente, especialmente porque Chile parece estar avanzando hacia un Estado fundamentalmente remodelado, y más grande”, advirtió el análisis.