Sofofa delinea hoja de ruta para convertir la pandemia en una oportunidad de transformación

“Las crisis muchas veces rompen inercias. En estos periodos se proponen ideas innovadoras que, en momentos sin crisis, no se plantearían. Queremos canalizar toda esa fuerza innovadora, para que esta crisis se transforme en una oportunidad”. Esta es la lectura que hace el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), Bernardo Larraín, sobre el complejo escenario que vive el país.

Y si bien está claro de que los momentos son difíciles, enfatiza que la dificultad actual no debe detener el avance económico y social, algo que a su juicio es clave si las personas y empresas quieren sortear la crisis y, además, mantenerse en pie.

Por esto, junto a los nuevos integrantes del comité ejecutivo, comenzaron a trabajar en la elaboración de una “hoja de ruta”, lineamientos en los que durante los próximos doce meses el gremio concentrará sus energías, diseñando propuestas, impulsando discusiones y generando encuentros.

“Somos conscientes que la contingencia sanitaria, económica y social, ha copado el debate público, pero hay otros temas que no deben desplazarse, queremos colaborar a poner en el debate público este concepto del ‘reseteo’ para construir una hoja de ruta que permita conectar la contingencia con desafíos de largo plazo”, argumentó el dirigente.

El propio Larraín relata que en este trabajo fue clave la participación de los dos nuevos vicepresidentes, Susana Jiménez y Matías Claro, además de la directora ejecutiva Aurora Olave y el director de políticas públicas, Rafael Palacios, equipo con el cual construyó la propuesta, que espera nutrir con el aporte de los socios del gremio, académicos y expertos.

“El país y el mundo han sufrido un shock sin precedentes los últimos meses producto de la pandemia, lo cual ha tenido efectos sanitarios, sociales y económicos significativos. Lo anterior constituye un desafío para la política pública y la actividad privada y como Sofofa sentimos un compromiso profundo por contribuir a que nuestra sociedad salga adelante lo más rápido posible de esta emergencia multidimensional”, comentó la primera vicepresidenta del gremio, Susana Jiménez.

Antes y después del Covid

“En esto estamos tomando el llamado que hace el World Economic Forum a hacer un “great reset” o un gran ‘reseteo’. Esto partió como un ejercicio de priorización estratégica, en el que planteamos que este reseteo debe ser una hoja de ruta que propone tres estaciones de trabajo”, explicó Larraín.

De acuerdo a lo planteado por el líder gremial, la primera estación y que a su juicio es “esencial e ineludible”, consiste en una recomprensión del Chile pos Covid. “Acá se trata de abordar dimensiones, algunas de las cuales pre-Covid estaban en lugares secundarios”, dijo Larraín, ejemplificando temas como la economía, el desempleo, la pobreza, y la segregación.

La segunda estación consiste en un “reseteo” de los instrumentos, es decir, un análisis de cómo se están haciendo las cosas enfocadas en tres dimensiones: protección social y recuperación económica; la forma de ser y hacer empresa post covid; y el marco institucional y la paz social.

“Cuando algunos hablan de la refundación o de buscar un nuevo modelo, no me parece. Estamos en un modelo capitalista, estamos en un modelo globalizado y, cuando estamos en una crisis como ésta, lo que hay que hacer es resetear los instrumentos. Acá la idea es mirar cómo estamos haciendo los cosas, ver qué se puede mejorar”, sostuvo Larraín.

“Si alguien piensa que puede seguir con el mismo martillo y los mismos clavos, por decirlo de alguna manera, está equivocado. Y sobre esto uno siente que desde el debate público y sobretodo desde el debate político, surgen los mismos martillo de siempre (...) Por eso es necesario analizar los temas, debatirlos, darle la mirada de expertos”, agregó.

Su punto fue complementado por Jiménez, quien agregó que los gremios están invitados a contribuir a los debates “no desde el interés sectorial, sino con propuestas que sintonicen con el bien común de la sociedad, sobre todo porque estamos conscientes que las organizaciones empresariales son crecientemente fundamentales en su rol de integrar las empresas a la sociedad”.

Para justamente lograr esto, el gremio impulsará diversas iniciativas para poner en práctica por ejemplo, capacitación laboral, innovación y desarrollo e inclusión que han estado trabajando como entidad.

La tercera y última estación, la cual según explicó Larraín consiste en “la construcción de futuros comunes con el mundo”, aún está en elaboración, pero consistirá en un encuentro de reflexión y debate para conectar los desafíos de Chile con los debates del mundo. “Tenemos contemplado que sea un encuentro encuentro de dos días, que probablemente sea de forma online, y en la cual queremos traer expertos para abordar estas materias”.

El rol de las empresas

¿Cómo lograr que en un contexto como este -en el cual las empresas atraviesan serios problemas económicos-, vean en la crisis una oportunidad para reformular sus dinámicas y su forma de ser empresas?

Desde la óptica de Matías Claro, segundo vicepresidente del gremio, y en línea con lo planteado por el propio Larraín, las crisis ayudan a que muchas transformaciones se apuren, algo que hay que fortalecer.

“La pandemia ha acelerado procesos que quizás hubiesen tomado más tiempo en manifestarse. Un ejemplo concreto ha sido el teletrabajo, que se hizo realidad de manera acelerada producto del confinamiento”, dijo.

Pero no ha sido lo único. A juicio de Claro, hay otros aspectos en los que se han observado avances. “Como la necesidad de apoyar y contener a los colaboradores que han sufrido las consecuencias de la pandemia, contribuyendo al diálogo y la contención. Se han relevado también temas que han estado siempre presentes pero que hoy adquieren mayor urgencia: la reconversión, el comercio digital, la economía circular, la participación de los trabajadores”, manifestó.

Por estas razones, argumentó Claro, hay que observar el momento actual como una oportunidad para impulsar cambios, los cuales pueden ser un gran aporte en materia económica y social.

“El motor de esta transformación está en las propias empresas, razón por la cual, aun bajo situaciones de estrés financiero, se requiere una mirada más allá de la coyuntura para mantener a flote la actividad. Y eso último implica un cambio cultural empresarial, porque va de la mano con cambios en la forma de comunicarnos, de conectarnos con los trabajadores y la sociedad. En ese sentido, aquellas empresas que cuenten con liquidez podrán dar pasos más largos, mientras que las otras darán pasos más cortos, pero lo relevante es que todas deberán caminar por este nuevo trazado, independiente de la velocidad”, acotó.